El 18 de marzo de 2020 fueron las primeras muertes por Covid-19 en México. En las primeras horas de ocurridas, el presidente y las autoridades sanitarias dejaron ver la irresponsabilidad y la indolencia con la que, pese a las muertes, trataban y tratarían la epidemia.
Tras lo que anunciaron como el primer deceso por Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador se negó a suspender sus actos y volvió a sus amuletos contra la enfermedad; Jorge Alcocer Varela explicó de forma populista su trayectoria y Hugo López-Gatell ratificó su fe en la inmunidad de rebaño y en la extinción espontánea de la epidemia, así como su rechazo al cubrebocas. También desde el primer día ha habido problemas en el conteo y tiempo de los fallecimientos por el Sars-CoV-2.
El miércoles 18 de marzo de 2020, durante la conferencia de la Secretaría de Salud, aquella noche muy centrada en la reconversión hospitalaria, José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiología, informó que, hasta el corte de información de la una de la tarde, no tenía notificada ninguna defunción confirmada por Covid-19.
Sin embargo, aclaró en aquella presentación en la que no estuvo presente el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, “esta información es muy dinámica: mientras nosotros estamos en este momento en la conferencia se están confirmando casos, están llegando personas”.
Ante la insistencia de la reportera, que le aclaró que bastaría con una llamada al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratoria (INER), Alomía Zegarra respondió que la información debe estar sustentada en la investigación, con resultado de laboratorio, pero que una vez que la tuvieran “podemos en su momento otorgarla. Vamos a ver si el tiempo nos da”.
En la conferencia de prensa el tiempo no les dio, pero esa misma noche, a las 10:46, la Secretaría anunció, vía Twitter, el primer deceso por Covid-19 en México: “Hoy en Mexico falleció la primera persona con #COVID19. Inició sus síntomas el 9 de marzo y padecía diabetes. El Secretario de Salud expresa sus condolencias a sus familiares. Descanse en paz”.
Hoy en Mexico falleció la primera persona con #COVID19. Inició sus síntomas el 9 de marzo y padecía diabetes. El Secretario de Salud expresa sus condolencias a sus familiares. Descanse en paz.
— SALUD México (@SSalud_mx) March 19, 2020
Después se informó que se trataba de un hombre de 41 años, que padecía diabetes y cuyos síntomas habían iniciado el 9 de marzo y que había sido atendido en el INER. Su esposa dijo que el día 3 de marzo había acudido a un concierto de música en el Palacio de los Deportes.
La noche del 18 de marzo de 2020 se reportaban en el mundo 191 mil 127 contagiados y 7 mil 807 muertes por Covid-19, mientras que en México sólo 118 infectados y, se supo después, no uno sino dos decesos por esa enfermedad.
El primer caso de un infectado por Covid-19 en el país se había registrado apenas el 28 de febrero anterior.
Sin embargo, posteriormente se supo que el primer fallecimiento por Covid-19 en México no fue el anunciado por la Secretaría de Salud sino un caso ocurrido en Gómez Palacio, Durango.
Así lo hizo saber el periodista Javier Garza Ramos, quien encontró que la primera víctima mortal por Sars-CoV-2 fue un hombre de 74 años, que había regresado de Loa Ángeles, Estados Unidos, el 3 de marzo. A esa persona se le hizo la prueba de detección de la enfermedad a las 10 de la mañana del 18 de marzo, y falleció dos horas después en el Hospital 46 del Instituto Mexicano del Seguro Social. Los resultados del laboratorio llegaron hasta el día 19 por la tarde.
Sin embargo, esta muerte fue dada a conocer por Alomía Zegarra hasta el día 20 de marzo, y dieron a entender, explicó Garza Ramos, que había ocurrido hasta el día 19. Además de la cuestión de la centralización de los laboratorios autorizados señalada por el periodista, cabe destacar que desde el primer momento las autoridades de salud tuvieron problemas para establecer con cierta exactitud la cifra y la cronología de muertes por la nueva enfermedad. Y apenas iban dos fallecimientos.
“Aquí se está mejor que enfrente”
En la conferencia de prensa presidencial del 19 de marzo López-Gatell lamentó la primera muerte (por supuesto, la reportada por la Secretaría de Salud) y envío condolencias. Entonces estaba muy seguro de su ciencia: “Este es un caso que ilustra exactamente lo que sabemos que va a pasar y, como se ha dicho, que contemplamos desde hace casi tres meses un escenario claro de lo que va a ocurrir y que lo hemos anunciado todos los días, a veces dos veces al día”. Sus certezas y proyecciones (como las de muertes por Covid-19) fueron cayendo una tras otra durante el año siguiente.
Y habló de las personas con mayor riesgo tanto por enfermedades crónicas (en el caso del deceso al que se refería la obesidad y la diabetes) como por la edad (personas mayores de 60 años).
Entonces López-Gatell hablaba de tres fases del desarrollo de la epidemia en México, desde los casos importados hasta la transmisión dispersa. Hace mucho que ya no se habla de esto.
La muerte de la primera persona estaba dentro del plan trazado por el gobierno, consideró López-Gatell, y no había necesidad de cambios en él porque “está operando tal como se contempló, está ocurriendo exactamente lo que contemplamos que iba a ocurrir”.
En aquella ocasión volvió a exponer la transmisión del coronavirus a través de secreciones, de “líquidos respiratorios”, que se transmite de dos formas: por medio de “pequeñas gotas microscópicas” y a través de gotas. Pese a ello, manifestó que “como medidas de protección no se necesita que la población esté con cubrebocas, mucho menos cubrebocas de alta eficiencia, mascarillas N95. No se necesita; eso es espectáculo, no ciencia, no técnica, eso no protege, eso da una falsa sensación de seguridad o la oportunidad de salir en fotografías. No se necesita”.
Aquel día López-Gatell hizo otra de sus predicciones “científicas” por las que se ha destacado: “La vacuna, lo más probable es que no vaya a existir ninguna vacuna en el mundo entero hasta que acabe esta epidemia”.
En ocasión de las vacunas volvió a expresar su fe en la inmunidad de rebaño: “Aún en los casos de que se acelere la intención (de producir la vacuna), no menos de 18 meses, periodo en el que muy probablemente por el efecto natural de la respuesta inmune de la enorme cantidad mayoritaria de personas que no van a tener una enfermedad de trascendencia, nos va a dejar a casi siete de cada 10 protegidos contra el virus y ya no vamos a poder transmitir, no nos vamos a poder infectar y vamos a ayudar a que se extinga espontáneamente la epidemia”.
Lo que decía López-Gatell (que en una intervención anterior y para hablar acerca de su plan, había dicho que “esto es la aplicación del método científico”) es que, por inmunidad comunitaria, la Covid-19 se acabaría espontáneamente y no por la vacunación. Y por allí se fue su estrategia.
En esa misma conferencia, lanzado al ruedo por López Obrador para que explicara cómo se ha formado, el titular de la Secretaría de Salud, Jorge Alcocer Varela, dijo sobre su formación, antes que nada y de forma muy acorde con el discurso del gobierno, lo siguiente: “La primera es que yo me he formado médicamente por la cercanía con el pueblo, por ahí ha sido mi dictado desde estaba yo en el servicio”.
Por su parte, cuando fue cuestionado por una reportera por su ejemplo al mantener contacto físico con funcionarios y seguidores, el presidente López Obrador respondió con su típico estilo evasivo y sobre lo que ha sido su actuación en la emergencia sanitaria: “Ayuda el ejemplo de estar trabajando con seriedad, con responsabilidad, no el protagonismo, no estar apostando a la tragedia”. Y, cuando mucho, prometió no reunirse con mucha gente.
Para terminar con aquella conferencia, el presidente apenas hizo cierta referencia al fallecimiento por Covid-19 reportado por la Secretaría de Salud. Mostró otro de sus amuletos: “Miren, el trébol; pero ¿ya vieron de cuántas hojas? Cinco; no, seis. ¿A poco no? Y es lo que les decía yo del porvenir. Ya no les… Bueno, también les leo lo que dice, porque está enfrente del panteón; dice: ‘Aquí se está mejor que enfrente’, jajaja”.
Esa jocosa declaración fue la única referencia del presidente Andrés Manuel López Obrador al primer fallecimiento por Covid-19 en México. Mientras tanto, López-Gatell se pronunciaba por la extinción espontánea de la Covid-19.
A un año de la primera muerte por Covid-19 en México, en el mundo ha habido 121 millones 214 mil 686 contagiados y 2 millones 680 mil 740, mientras que en el país se han reportado oficialmente 2 millones 175 mil 462 contagios y 195 mil 908 fallecimientos por esa enfermedad.
En el mundo, México ocupa el lugar 13 en infectados por Covid-19, tercero en muertes por esa enfermedad, 16 en muertos por millón de habitantes y segundo en tasa de letalidad con 9.01 por ciento.
Así le ha ido a México.