marzo 10, 2025

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Desde el fin de semana un tema acapara las noticias a nivel internacional, medios de comunicación, redes sociales, analistas, naciones del mundo y, desde luego, colectivos de mujeres: el regreso, luego de 20 años, del régimen Talibán a Afganistan, un tema que genera muy malas expectativas y temor de retrocesos en temas como derechos humanos, pero fundamentalmente hacia las mujeres para quienes los posibles escenarios se miran muy difíciles.

En las últimas horas hemos visto imágenes de mujeres que huyen ante la posibilidad de que se les prohiba trabajar, viajar, ir a la escuela, salir sin el consentimiento de un hombre o vestirse libremente, pero en especial, que huyen ante el posible regreso del uso obligatorio de la burka, un velo que cubre todo el cuerpo y rostro, con una rejillas de tela a nivel de los ojos, el cual las invisibiliza por completo.

Niñas afganas regresan a la escuela en Herat tras la toma del poder de los talibanes // AFP

Y es por eso que ninguna mujer del mundo puede ni debe quedarse callada. Hoy el futuro de las niñas y mujeres de Afganistan es responsabilida global, por eso, si se les borra de las calles de Kabul o de cualquier otra ciudad, se nos borra o se nos oculta a todas en el mundo.

La semana pasada, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, consideró “particularmente espantoso y desgarrador ver informes sobre cómo los derechos ganados con tanto esfuerzo por las niñas y las mujeres están siendo arrebatados” en las zonas bajo el control de los talibanes, y recordó que durante el gobierno anterior de los Talibanes, las mujeres eran flageladas y ejecutadas, incluso por medio de la lapidación, si se les acusaba de adulterio.

Los talibanes tienen una visión extremista del Islam, en la que prácticamente se anulan todos los derechos. Por eso vemos que el 80% de quienes se han desplazado de Afganistas son mujeres y niños.

En México y el mundo las mujeres han expresado su preocupación, y ya se están movilizando para apoyar a las hermanas afganas, especialmente a quienes son activistas, que en Afganistán ya comenzaron a ser buscadas casa por casa, lo que contradice las declaraciones de los voceros talibanes en el sentido de que habrá tolerencia y a se permitirá el uso de cualquiet tipo de hiyab (velo).

El trabajo que se está haciendo por parte de organizaciones de Reino Unido, Italia, Australia, España y otras partes del mundo, es colectar firmas por la libertad y seguridad de las mujeres y niñas en el país mediooriental, para crear corredores humanitarios que las ayuden salir de territorio talibán, y con ello decirles “¡no están solas!”.

Aunque Afganistan es un sociead profundamente conservadora y dominada por los hombres, no es la única en el mundo, por eso las mujeres no podemos bajar la guardia y permitir que se nos borre.

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