La caída de la industria automotriz es alarmante. Ayer presentó un pésimo resultado en producción, sólo comparable a cuando se cerraron plantas por la pandemia.
En la producción automotriz mexicana, la caída interanual, septiembre contra septiembre, es de -33.30 por ciento.
En exportación, la baja es también fuerte, de -24.18 por ciento.
Y hasta en comercialización, donde supuestamente ya está abierta la economía, también hay un descenso de ventas internas, otra vez, y ahora fue de -1.1% frente a septiembre del año pasado. Las ventas internas han tenido descensos continuos desde hace años. La empresa formal se hace cada vez más pequeña.
Es preocupante. Y si bien la caída en producción y exportación se deben a la falta de semiconductores, así como a los problemas de transportación marítima, también nosotros estamos ayudando a ese descenso.
En México, vemos el problema y le echamos más fuego a la hoguera: aceptamos los autos chocolate, que son autos de contrabando, no pagan impuestos y golpean a la industria formal.
Además, la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, si bien sí escucha y está abierta a las demandas de la industria, tampoco está haciendo la diferencia con políticas económicas sectoriales.
La producción nacional automotriz vive uno de sus peores momentos en años.
Las plantas armadoras anuncian, cada vez más seguido, paros técnicos. En octubre, lo acaban de hacer Volkswagen, Nissan, mientras GM sigue con paros en su planta de Ramos Arizpe.
Volkswagen anunció paros técnicos del 6 al 16 de octubre en el segmento 1 de su complejo en Puebla, donde produce los Jetta.
La japonesa Nissan hará paros de labores en su planta dos de Aguascalientes durante 11 días. En su otra planta, la de Morelos, en CIVAC, el paro también será, pero por ocho días.
General Motors ha extendido el paro en Ramos Arizpe, Coahuila, donde produce la SUV Chevrolet Blazer.
Y para seguir mostrando optimismo, veamos las caídas en producción de este septiembre contra septiembre del año pasado: General Motors bajó 73% su producción; Mercedes descendió en 62.3%; Nissan cayó 39%; Toyota descendió 35.4%; Mazda bajó en 35.3%; Volkswagen, en 32.2%; BMW y Stellantis (Fiat Chrysler) vieron disminuir en 29.7% su producción.
La industria automotriz trae freno de mano, por factores internacionales, pero internamente no se hace mucho por quitarle ese freno. Preocupa por su importancia, en empleos e inversión. Basta recordar que es la principal exportadora manufacturera.
ADVERTENCIAS A LA REFORMA ELÉCTRICA
El problema con regresar al monopolio de Estado es que la Comisión Federal de Electricidad produce más cara la electricidad. Y también más sucia, sin generación limpia.
Ayer la agencia calificadora Moody’s expuso que el resultado de la reforma energética será el desaliento de las inversiones privadas en generación, por un lado, y en energía renovable por el otro. Y recordó lo más claro: las tarifas eléctricas serán más caras, porque la CFE vendrá antes que nadie su energía y es la más costosa.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 07 de octubre de 2021. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.