Para algunos periodistas que se asumen como críticos al poder, investigar a fondo ya no es un imperativo, pues consideran tener la solvencia moral suficiente para cuestionar e incluso descalificar a quien sea sin más base que su palabra. Por ello, para simular que cumplen con los requerimientos informativos que demanda un texto periodístico, les basta echar un vistazo a Wikipedia y a las redes sociales: esas herramientas les proveen lo necesario y el resto del trabajo lo complementan con su interpretación de los hechos y sus juicios de valor.
Por los reconocimientos obtenidos en otros momentos de su carrera, cuando aún salían a la calle a indagar y documentar, ahora pretenden que se crea a ciegas en cualquier cosa que digan, aun cuando no exhiban pruebas ni evidencias. Y pobre de aquel que se atreva a tocar sus incólumes trayectorias con el pétalo de una duda, crítica o algo peor, como una demanda judicial: o es un mafioso al servicio del poder, o por lo menos un honorable soldado del ejército de bots.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto es Sanjuana Martínez, quien construye bajo esta lógica su más reciente colaboración para el portal Sin Embargo: un retrato inacabado sobre Alejandra Lagunes, responsable de la Estrategia Digital Nacional de la Presidencia, entre cuyas funciones se encuentra el manejo de las redes sociales del gobierno mexicano. Para quienes no sepan de quién se trata, la periodista proporciona una semblanza de la funcionaria, tomada en su totalidad de Wikipedia, sin datos complementarios que sugieran una investigación más detallada.
A continuación, sostiene en su artículo que el trabajo de Lagunes es indigno y falto de ética por estar al mando de los bots que se operan desde Los Pinos para hacer una labor por debajo del agua. Por una parte, hostigar, presionar, atacar, perseguir y amenazar a todo aquel que se atreva a criticar al gobierno y por otra, generar opinión pública para conseguir mayor nivel de popularidad y aceptación para “el Señor de Los Pinos”.
Una vez más Sanjuana Martínez dice las cosas a medias: los bots no son de uso exclusivo de Peña Nieto y su gobierno, sino que se emplean en cualquier ámbito del quehacer público, incluido el de la prensa militante, a la que ella pertenece; la idea es por lo general, crear trending topics y hacerlos crecer cuanto se quiera. Asimismo, confunde a los bots con los trolls, figura a la que se recurre en las redes para insultar e intimidar a quien disiente los TT que todos los días se promueven. Sanjuana Martínez no da ni siquiera un ejemplo de alguna tendencia promovida desde Los Pinos o de alguna forma de intimidación a periodistas críticos a través de bots o trolls; todo es “de oídas”.
El mundo de las redes sociales es así de hostil y Martínez lo conoce tan bien, que a menudo se vale él para crear sus historias. Como se ha documentado en su momento, usó imágenes truqueadas para inventar que Angélica Rivera es golpeada por su marido; que el gobernador de Chiapas vacaciona mientras su entidad arde por el conflicto de los maestros; que a unos indígenas de Tepic les iban a dar unas mini-casas, cuando en realidad eran el cuarto de baño de las viviendas; que un camión del Ejército se dirigía a CU para “reprimir” a los que vandalizaban una estación del Metrobús y otros asuntos que ha intentado colocar en la agenda pública.
También ha empleado las redes para atacar a quienes cuestionan sus textos o a personas con las que tiene cualquier tipo de diferendo; es así que el articulista de Milenio, Juan Ignacio Zavala, el historiador Enrique Krauze y la revista Proceso, en la que trabajó por muchos años, han sido blanco de su ira. O simplemente opta por bloquear a sus críticos.
A la colaboradora de Sin Embargo no le parece falto de ética nada de lo antedicho, ni tampoco asegurar que “cuerpazo mata cerebro” en el caso de Alejandra Lagunes, a quien tacha de frívola por cuidar su físico, a juzgar por una foto donde la funcionaria luce lo que se conoce como “un abdomen de lavadero”, invadiendo ya el terreno personal.
Si como respuesta a su artículo sobre Alejandra Lagunes, Sanjuana Martínez recibe una dosis de bots, no nos sorprendamos si la periodista sube una nueva petición a Change para juntar firmas y demandarlos por daño moral.
