La tarde del 22 de junio, hace 30 años, Diego Armando Maradona marcó los dos goles más memorables del fútbol internacional.
Ocurrió durante el partido de cuartos de final entre las selecciones de Argentina e Inglaterra en la Copa Mundo de México 86, que es recordado como el más famoso o el más infame, según el punto de vista.
Maradona, considerado el mejor jugador de su época (posiblemente de todas, según algunos), marcó en espacio de cuatro minutos el gol con la "mano de Dios"y el "Gol del siglo".
El primero, que Maradona atribuyó a la intervención divina cuando la había metido con la mano, fue convalidado por el árbitro a pesar de las airadas protestas de los ingleses.
Pero el segundo fue una magistral jugada individual, considerado como el mejor gol marcado en un encuentro de finales de la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA.
La furia por la polémica "mano de Dios" se hubiera propagado mucho más si no hubiera sido seguida de ese gran segundo gol, dijo a la BBC el comentarista escocés de fútbol Archie Macpherson en el 30 aniversario de la derrota 2-1 de los ingleses.
"Si (Maradona) no hubiera sido capaz de demostrar sus habilidades únicas, la polémica hubiera continuado con mayor fiereza", expresó. "Borró todo aquello con su genialidad".