Torreón, Coah.- A unas horas del primer debate a la gubernatura del estado los coahuilenses lo ven a distancia y quizá con el escepticismo que los últimos años ha provocado la política en todo el país.
La seguridad que fue uno de los grandes problemas en el estado de los últimos años se ha atemperado. Mucha violencia y brutalidad se suscitó a lo largo de años. Los Zetas acabaron con la tranquilidad ciudadana y se fueron apoderando poco a poco del estado. Aunque este grupo delincuencial sigue rondando zonas del país, las estrategias de los últimos años lograron darle un giro en más de algún sentido al gran problema de la inseguridad.
Mucho tuvo que ver en todo esto la coordinación que se dio entre la Federación y las autoridades locales. Tendrá que reconocerse también que fue durante la gubernatura de Rubén Moreira en que este lacerante asunto fue adquiriendo otra dimensión. En un libro que publicaron el exgobernador y Rubén Aguilar se da cuenta de cómo le estrategia tuvo una efectividad real porque una de las claves fue integrar a la ciudadanía en el proceso de la seguridad.
Es probable que los Zetas sigan rondando otras zonas, pero es evidente que en Coahuila no se pueden mover como lo hacían hace no muchos años cuando provocaron descomunales tragedias en San Fernando y Allende. En conversaciones con algunos académicos nos cuentan que les llama la atención cercana a la indignación que tragedias como la de Ayotzinapa tengan una sistemática cobertura de los medios y que lo sucedido en estos dos municipios, en particular Allende, poco o nada se informe o se investigue, porque ante la muerte de tanta gente en este municipio al final además no pasó “absolutamente nada”, no hay personas detenidas por esta brutal matanza, sin por ello pasar por alto lo sucedido con los normalistas.
La popularidad que tiene el gobernador ha sido una constante. Una de las razones es que entendió todos los errores y abusos priistas y que ha logrado romper con el “moreirato”, a lo que se suma que los hermanos están totalmente distanciados.
Miguel Ángel Riquelme lo entendió. Se hizo a un lado de las herencias priistas para gobernar ajeno a lo que se vivió en Coahuila. En la cotidianidad se dice que Riquelme podría sentarse en cualquier restaurante cuando acabe su mandato sin que sea repudiado, lo cual ninguno de los Moreira podría hacer.
Los tiempos parecen ser otros. Una razón de ello es el tsunami del 2018 que alcanzó a todo el país. Sin embargo, no queda claro si todo esto le va a alcanzar al candidato Guadiana para alcanzar la victoria. La razón es conocida: Morena se dividió y quien es hoy el candidato del PT, Ricardo Mejía, va a acabar siendo un factor el 4 de junio.
En Coahuila de alguna manera hay tres candidatos cercanos, o que fueron cercanos, al Presidente y a su partido. No hay indicios de que cerca de la elección vaya a darse un acuerdo entre los tres, más bien la división está marcada y si alguien está siendo beneficiado es Manolo Jiménez candidato del PRI, PAN y PRD.
Coahuila ha sido históricamente priista. Mucho se especula en el sentido de que se dejará ganar a Manolo Jiménez y que en el 2024 la plaza quedará vacía para la o el candidato de Morena, o más bien dicho del Presidente, sin pasar por alto las muchas elucubraciones que se tienen sobre el Edomex.
Lo que se ve por ahora es que la elección se va a centrar en Armando Guadiana y Manolo Jiménez. El debate podrá definir tendencias, adelantamos que Ricardo Mejía y Lenin Pérez se echarán para adelante, no les queda de otra en tanto que Guadiana y Jiménez tratarán de ver el partido desde la tribuna.
Mañana le contamos la historia del debate.
RESQUICIOS.
Último fin de semana vacacional en el Balneario La Palma en Guanajuato. De repente llegó un comando fuertemente armado de cerca de 20 hombres que empezaron a disparar asesinando a siete personas, por favor esto no es normal a pesar de su normalización.
Este artículo fue publicado en La Razón el 17 de abril de 2023. Agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.