En cinco años, Claudia Sheinbaum y el Gobierno de la Ciudad de México pasaron de la bienvenida a la franca hostilidad con las protestas de los padres de los normalistas desaparecidos. Ahora hereda gustosa la investigación del caso, cuyo esclarecimiento y procuración de justicia es unos de los mayores fraudes del sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Desde 2019, cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad, Sheinbaum recibió con afecto a los padres de los normalistas en vísperas de las movilizaciones por el quinto aniversario de lo ocurrido en Iguala, y hasta alardeó que “el gobierno de la capital es otro”, y añadió que “aquí son bienvenidos y no habrá represión”.
Al siguiente año continuó por esa línea y hasta presumió las conversaciones con los padres. En su conferencia de prensa del 28 de septiembre de 2020, cuestionada sobre si el gobierno capitalino dejaría pasar manifestaciones, como la del 2 de octubre, al Zócalo, ella refirió que este espacio estaba ocupado por los integrantes de FRENAAA y que había que protegerlos. Añadió que días antes había sido la manifestación de los padres de los normalistas y personas solidarias, pero que se había hablado con tiempo con ellos “para orientarlos por dónde podían entrar al Zócalo”. Y añadió: “Entonces, cuando hay diálogo es muy fácil, cuando hay una mesa de trabajo es muy fácil. Cuando se niegan a tener una mesa de trabajo con el gobierno, pues se torna más complicado”.
Un día después, insistió: “Hay antecedente en la marcha del sábado de los padres y madres de Ayotzinapa, de una manifestación pro AMLO; y el domingo una manifestación de electricistas, que se llevaron a cabo en el Zócalo y no hubo agresión entre las manifestaciones, porque previamente hubo diálogo, se concertó la llegada, la salida y siempre se acordó respeto”.
Casi dos años después, el 20 de agosto de 2022, la hoy presidenta electa defendió los endebles “avances” de la investigación del gobierno de López Obrador: “No creo que haya ninguna negociación política en el caso de verdad y justicia para los jóvenes de Ayotzinapa; lo que ha habido es un trabajo muy, muy intenso de la Comisión de la Verdad, del subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, la presentación del reporte del informe es un informe completo”.
Entonces agregó que tanto López Obrador como Encinas no habían dado el caso por cerrado, sino que continuaban las investigaciones y la búsqueda, y de forma por demás audaz, aseguró que “hay un esclarecimiento y una verdad de los hechos, y eso es muy importante para las víctimas, para las familias, para la no repetición de actos como estos. El reconocimiento de que fue un crimen de Estado y, al mismo tiempo, la justicia, que se muestra, al menos en esta primera detención que se hizo el día de ayer con el exprocurador Murillo Karam”.
Sin embargo, para 2024 aquellas buenas intenciones y conveniencias políticas (“tiempo de zopilotes”, acostumbra llamarle a esas prácticas el presidente López Obrador) ya quedaron muy superadas y contradichas: los gobiernos morenistas, federal y capitalino, montaron una impresionante estructura en las calles aledañas al Zócalo para obstaculizar el paso de la manifestación de los padres de los normalistas desaparecidos y de las personas que marcharon con ellos en solidaridad. Fueron instaladas grandes barreras de metal y de concreto para impedir el paso de quienes exigen justicia por lo ocurrido hace 10 años.
Frente a esas medidas, no hubo ninguna expresión de desaprobación de Sheinbaum.
Sobre las investigaciones de la comisión encabezada por Encinas, terminó en una versión, con algunas modificaciones, de la antigua “verdad histórica” de la Procuraduría General de la República, encabezada por Murillo Karam, en cuya forja el propio funcionario morenista declaró que estuvo presente Omar García Harfuch, ahora senador oficialista y próximo titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en el gobierno presidido por Sheinbaum.
Encinas no dio por cerrado el caso, pero abandonó los trabajos de la comisión sobre los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa para sumarse a la campaña electoral de Clara Brugada en pos del Gobierno de la Ciudad de México.
También, durante el gobierno de López Obrador el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes tuvo que dejar sus investigaciones por los obstáculos que le presentó el Ejército, al que López Obrador exonera de responsabilidad en lo ocurrido. En la marcha del jueves, padres pidieron el regreso de ese grupo ante la evidente insatisfacción con los paupérrimos resultados de las investigaciones oficiales.
El tabasqueño volvió a decir que lo ocurrido no quedará impune y que Sheinbaum continuará con el caso. Ella, por su parte, dijo que seguirá trabajando con las familias de los 43 desaparecidos para poder llegar a la verdad y a la justicia.
A los 10 años de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, en sus redes sociales Sheinbaum estuvo muy entretenida con el sainete que mantiene con el Gobierno de España por una invitación, estuvo convocando al Zócalo para el día de su asunción del poder y celebrando la reunión con un poderoso grupo empresarial extranjero.