El fiscal Ciro Gómez Leyva

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Hoy durante la mañana, Ciro Gómez Leyva, fiscal de la radio, emitió su veredicto (lo imagino con el birrete en la cabeza, azotando el martillo implacable y su voz con garraspera). Esta fue su sentencia, escrita en El Universal y amplificada en el cuadrante con el título “Jesús Ortega vs. Sanjuana Martínez, una atrocidad”:


“Si las cosas son como las cuentan Sanjuana y sus representantes, estamos ante un caso grave de desvergüenza procesal, judicial, orientada a favorecer a Jesús Ortega”.


La frase es tan errática como muchas otras empleadas por el juez Gómez Leyva, por ejemplo cuando promovió la causa del PRI en las elecciones federales de 2012. Es decir, con la condicionante “Si las cosas son…” y la visión parcial de no considerar la opinión de la otra parte; como fiscal en los medios, el columnista transgrede el debido proceso periodístico que implica registrar la opinión de los actores involucrados y verificar sus dichos. (Tal vez lo haga mañana, cuando ya dio el mazazo mediático).


Como un auténtico juez, Ciro Gómez Leyva no entra al fondo del asunto sino al proceso que se siguió luego de la demanda que, por daño moral, emprendió Jesús Ortega contra quien lo difamó. No opina sobre el contenido de los materiales que el portal Sin Embargo difundió en noviembre y diciembre de 2013. Es curioso e irónico: Gómez Leyva reserva su opinión sobre algo que podría competerle –si es que no ha dejado del todo ser periodista– como es opinar sobre la solidez de los contenidos que implicaron al político del PRD en la trata de personas, así como valorar sobre la ética y el profesionalismo con el que se construyeron las piezas construidas por la señora Martínez. Ese no es su tema sino que como juez, entra al aspecto procesal. Y es raro: en innumerables ocasiones, incluso mediando litigios jurídicos, Gómez Leyva siempre había opinado sobre los contenidos, por ejemplo acerca de aquellos que, en diciembre de 2014, implicaron a Cuauhtémoc Gutiérrez en la trata de personas. En aquella ocasión, el fiscal de la radio fue severo con la inconsistencia periodística de Carmen Aristegui y un asiduo defensor de la inocencia de este militante del PRI. Ahora su enfoque es otro, y lo hace al sonar el martillo implacable, con el birrete a la cabeza y la voz con garraspera.


El fiscal Ciro Gómez Leyva sólo toma en cuenta un parecer, insisto, y ni siquiera se tomó la molestia de leer la sentencia que es pública, del pasado 22 de febrero, en donde se detallan todos los elementos del proceso, digo, al menos para discutir con alguno de sus pares, en este caso, la juez que dictó sentencia.

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