Se nos va, don Gil, se nos va, dijeron los empleados domésticos que le hacen la vida menos difícil a Gamés. Se referían a la noticia bomba del día: en el mes de diciembre de 2015, Xavier López, Chabelo, transmitirá por última vez En familia, el programa matutino de los domingos que han visto cinco generaciones de mexicanos, mexicanas y mexicanes.
Gil abandonó el mullido sillón y cantó: “Yo soy Chabelo, amigo de todos los niños.
Y digo versitos y canto canciones y doy consejitos. Jugaré, reiré y quizá hasta lloraré, pero siempre contento en este programa de tú; no, de me, bueno, ya se me olvidó”. Las mandíbulas de los empleados cayeron ante el conocimiento profundo de Gilga del espíritu de la era de Chabelo. ¿Habrá ensayos en el Colegio de México sobre Chabelo?
En ese México, los niños no tenían que aprender a leer a los seis o siete años (cierto, en este México tampoco), sencillamente podían alargar un poco el tiempo hasta los diez; el bullying no era una obsesión, el propio Chabelo regañaba niños y niñas en vivo y a todo color, en cambio ahora los miras y recibes un citatorio de la máxima autoridad; en ese tiempo, Gilga depositaba a sus gamesitos frente a la televisión el domingo a las 8 y media de la mañana aun sabiendo que les ocasionaría un severo daño psicológico y ahí se los encargaba a Chabelo: hasta luego, amigos. Fue así como antes de sumar, los gamesitos sabían catafixiar sus juguetes.
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