El timing para saber cuándo quedarse callado es una de las cualidades que más escasea en nuestra política, donde el juego se basa mayormente en una mezcla, aspaventosa y titánica a la vez, de mucha saliva y estómago duro. El Bronco hizo gala total, ayer, de esa cualidad.
Porque el gobernador de Nuevo León afirmó que en política “el chapulineo es inmoral”. ¿Sí? Recordemos:
—Desató hace dos años la fiebre por los candidatos independientes, tras renunciar a 33 años de militancia en el PRI porque este partido no le dio la candidatura a gobernador.
El Bronco también dijo ayer que “no puedes dejar abandonada tu responsabilidad”. ¿Sí? Recordemos:
—Le faltan cuatro años para cumplir con el mandato para el que lo eligieron los neoleoneses. Pero buscará juntar las 860 mil firmas de ley para dejar la gubernatura y lanzarse como candidato independiente a la Presidencia.
Sin embargo, El Bronco fascinó hace dos años a medio México con su populismo de la más baja estofa, aunque éste le bastó para quitarse de encima el cartel de corrupto que le habrían colgado si hubiese contendido como priista.
Únicamente por irse del PRI y prometer que iba a encarcelar al exgobernador priista Rodrigo Medina, a El Bronco los electores le perdonaron que hubiese ocultado en su declaración patrimonial la propiedad de 72 mil metros cuadrados de solares urbanos y 62 hectáreas de parcelas.
Obtuvo esos terrenos mientras fungía como funcionario estatal priista desde 2006: Él se hizo de 38 terrenos; su esposa, de 15; una hija de 12 solares, otra hija de 11 solares, otra hija de 11 y otra más de cinco: la familia consiguió 70 mil 532 metros cuadrados para urbanizar y El Bronco… nunca lo declaró.
Y, ya en el poder, nombró como secretario de Desarrollo Sustentable a su socio en negocios particulares, Roberto Russildi, con quien se hizo de un terreno de 152 mil metros cuadrados mientras era alcalde del municipio de García, bajo las siglas del PRI.
Total: ya no es priista, así que a casi nadie importa que Russildi sea accionista de Javer, principal inmobiliaria de Nuevo León. Como miembro de esa empresa constructora de casas, el secretario Russildi decidirá dónde y cuántas casas edificará el gobierno de El Bronco, su socio comercial.
Y, ¿hay que escribir que tampoco encarceló a Medina?
Pues ese mismo El Bronco asegura hoy que “el chapulineo es inmoral”, a pesar de que fue priista 33 años y renunció hace apenas dos; y que “no puedes dejar abandonada tu responsabilidad”, aunque él dejará tirado el cargo cuatro antes.
Pero puede exclamar cualquier ocurrencia, que le es perdonada. Al fin que ya renunció al PRI.
Ya es puro.
Este artículo fue publicado en La Razón el 5 de octubre de 2017, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.