Tiempo de reflexión. Analizamos como síntoma de lo que nos espera la propuesta de un medio institucional: El Financiero. De acuerdo a la información de Etcétera, este diario es uno de los menos favorecidos con publicidad del Estado, así que se le puede considerar como independiente, aunque de carácter mercantil.
Leemos los artículos de Opinión que fueron publicados este lunes 19 de febrero, cuando los tres candidatos principales ya son los candidatos oficiales. En total son 25 artículos los que integran la sección, 23 con firma y 2 de la Redacción. 13 de los firmados hablan de las elecciones. En los encabezados se menciona por nombre a dos de los candidatos; una vez en el artículo de Pablo Hiriart, “Meade, con el pie derecho”; y otra vez en el de Jorge G. Castañeda, “El ‘TED Talk’ de Anaya”.
Raymundo Riva Palacio plantea que el inicio de la campaña tendrá sólo dos contrincantes reales, Anaya y López, porque Meade no ha despegado como candidato, lleva en su contra la mala fama del PRI y la actual desaprobación de EPN. Será muy difícil que venza ese contrapeso. En cambio, Pablo Hiriart considera que Mead es el que comienza ya con pie derecho, porque lleva el apoyo de un partido real, el PRI, y porque sí tiene un programa. Ahora todo es cosa de que se haga dueño de la campaña. Mientras que sus competidores comenzaron con conflictos y desorden, con acuerdos con corruptos visibles y contradicciones ideológicas.
Mientras Enrique Quintana plantea dos escenarios posibles para la noche de las votaciones. En uno, el ideal, la votación le da un claro triunfo a uno de los candidatos, se anuncia su triunfo y no hay más problema. Pero lo más probable que ocurra es su segundo escenario, donde la votación resulta muy cerrada y no se pueden tener datos ciertos hasta la madrugada del otro día, cuando menos, lo que puede provocar una infinidad de problemas y complicaciones. Todo por una mala resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que nos puede dar una “noche de locos” como la de las elecciones de 2006. También Jaquelin Peschard critica en su artículo esta mala resolución del TEPJF, pues favorece las tentaciones desestabilizadoras que puede causar la falta de información verdadera sobre los resultados de las elecciones. Por eso el INE no puede cruzare de brazos para asegurar que sus conteos rápidos sean eso, rápidos y oportunos.
De modo indirecto, Lourdes Mendoza hace referencia a los problemas del PRI con el Partido Verde, lo que el trato con Manuel Velasco en Chiapas le puede significar en votos a favor o en contra a Meade. Macario Schettino analiza las listas de candidatos plurinominales de Morena y el Frente. En los primeros ve los caprichos autoritarios de López, su afán “pragmático” de llegar al poder como sea, cosa que hace temer el diluvio que provocaría. En los del Frente ve la forma como Anaya paga los acuerdos que le permitieron ser candidato, y con ello demuestra que el Frente es una de las construcciones políticas más espectaculares de los últimos tiempos. Aún no se sabe cuál será la lista del PRI. Ernesto O’Farrill plantea la necesidad de defender el modelo económico liberal, pues las tendencias populistas lo ponen en peligro y nos pueden llevar a los desastres sin fin de los gobiernos socialistas que todos conocemos. Pero también considera que la agenda a considerar con los candidatos y sus propuestas debe ser más amplia, para resolver de verdad problemas profundos; entonces dice que se deben tomar en cuenta el estado de derecho, la gobernabilidad, la desregulación, la educación de clase mundial, la salud universal de calidad, la seguridad, la infraestructura, el desarrollo del sistema financiero, el impulso al desarrollo tecnológico y la garantía de un sistema de pensiones eficiente y digno.
Aunque valora el discurso de Anaya como el más interesante de los tres candidatos en la declaración oficial de sus candidaturas, Jorge G. Castañeda también plantea que aún desconfía de él. Le aprecia como novedoso su estilo “TED Talk” a la Steve Jobs, una auténtica novedad, la preocupación por las nuevas tecnologías y su aporte para la administración pública. Con esto lo siente más fresco y propositivo que López, a quien Anaya ya planteó como el contrincante a vencer, dando por supuesto que Meade ya no levantará más. Pero en definitiva lo siente repetitivo y con pocas propuestas específicas propias. También desconfía de su certeza de que ya venció al candidato del PRI. Mientras que Juan Ignacio Zavala reflexiona sobre la evidente decadencia del PAN, para lo que le sirve de apoyo lo que califica como “zafarrancho” del gobernador Corral de Chihuahua contra la buena administración política de Anaya, un bache enorme en el camino de unidad del Frente. Concluye dictaminando que Anaya abrazó a Corral desde el Frente y éste le pagó con una puñalada.
Ante la certeza de que el crimen organizado, por lo buen negocio que es, no puede erradicarse por completo en una sociedad de libre mercado y de gobierno democrático, y la polémica propuesta de López de dar amnistía a ciertos delincuentes, Eduardo Guerrero Gutiérrez propone que, si no es posible pactar una paz perfecta con los delincuentes, sí es conveniente cambiar el discurso sobre el delito organizado y la lucha contra el narcotráfico. Porque la guerra contra el narco sólo ha dado malos resultados, quizá sea conveniente plantear formas más racionales de acción, como saber dosificar y condicionar la violencia del Estado contra los criminales.
La propuesta de repensar la Constitución que plantea el artículo de Salvador Nava Gomar, bien vale la pena de una cita en extenso:
“En la elección que viene tendremos un resultado a tercios. Quién gane la presidencia tendrá el respaldo de 30 por ciento de los votantes (equivale a 70 por ciento de falta de legitimidad). El presidente y sus secretarios tendrían que ir más al Congreso, rendir cuentas, responder preguntas, explicar y negociar políticas públicas. El centro de la representación y la legitimidad estará en las cámaras. Si no hay herramientas frente al jefe de Estado, difícilmente podremos combatir márgenes de discrecionalidad, abusos de reparto presupuestal y asimetría del federalismo por acomodos políticos.”
La reflexión de Fernando García Ramírez se concentra esta vez en pensar por quién puede dar él su voto para presidente de la República. Todavía no lo decide, es temprano para ello. Pero sí tiene claro que votará por quien mejor plantee la participación ciudadana y la defensa y ampliación de las libertades, punto donde le encuentra muchos defectos autoritarios a López y su Morena, porque de Anaya no se puede opinar mucho porque todavía no se sabe nada de él. Y Meade, sea como sea, ya está lastrado con la loza del Pípila en la espalda que es cargar con la muy mala fama del PRI. Después de todo, plantea, el problema es que la alternancia del 2000 y el 2006 no supo desmantelar el sistema autoritario del PRI.
Por último, para cerrar con broche de oro, el artículo de Fernando Hernández sobre la responsabilidad ciudadana ante las elecciones, habla desde la juventud para los jóvenes que pueden decidir de forma trascendental estas elecciones. Entonces confirma con buenos argumentos lo que se puede considerar el sentido común ilustrado. López puede cambiar de piel y de máscara, pero no cambia de conducta, deja ver una personalidad autoritaria y déspota, poco confiable como gobernante para todos. Anaya es un misterio, tal es su mayor defecto y su mayor virtud, es un desconocido. Pero en definitiva el más desconocido y aún impredecible es Meade, del que Hernández destaca dos puntos positivos: entiende de administración pública y no se le ve ligado con actos de corrupción. En fin, la clave de todo está en la responsabilidad ciudadana de cada quien, en nuestra capacidad para comprender en forma amplia lo que significan unas elecciones democráticas. Un punto donde el compromiso de los jóvenes puede convertirse en la palanca que haga posible la elección de lo mejor posible.
El recorrido analítico por esta sección nos entrega periodismo de opinión abierta, discursos personales sin militancia manifiesta. La tendencia es más negativa para el discurso de López, en tanto que Meade y Anaya pasan de panzazo y se quedan en veremos. El consenso es demócrata y liberal. Habrá que intensificar en este período de reflexión la importancia de nuestra responsabilidad ciudadana en el proceso, para saber acordar un mejor gobierno político para todos.