Grupo Riobóo reconoció que en la administración de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal recibió por adjudicación directa los segundos pisos, sin embargo señaló que la asignación fue legal toda vez “resultaba la solución más económica y conveniente al interés público”, además de que los diseños están protegidos por patentes y modelos bajo la Ley de Propiedad Industrial e Intelectual.
A través de un comunicado publicado en su portal de internet y firmado por su presidente José Ma. Riobóo Martín, la empresa también precisó que no realizó ningún tipo de construcción, “solamente entregamos estudios, planos, especificaciones, bastante detallados dado el tipo de proyecto”.
Lo anterior, luego de que el pasado martes, durante el tercer debate presidencial el candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, acusó a López Obrador de conceder contratos sin licitación al ingeniero Riobóo por alrededor de 170 millones de pesos.
“Primeramente, es importante reiterar que ninguna de las empresas de Grupo Rioboo es contratista y jamás han construido físicamente nada (…) durante su vida empresarial, ha colaborado con instancias públicas y empresas privadas siempre dentro del marco de la ley. Por convicción y compromiso con México jamás ha aceptado —ni aceptará— participar en actos indebidos ni de corrupción; por tanto, cualquier afirmación en contrario es falsa, malintencionada que, de reiterarse, tendrá que acreditarse y probarse en juicio”, agrega.
Respecto a los segundos pisos subsecuentes (Viaducto Bicentenario en el Estado de México y las Autopistas Urbanas Norte y Sur) refirió que fueron contratados por las empresas privadas que ganaron las concesiones, sin intervención de ninguna autoridad.
Finalmente, en relación con su participación en el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el empresario dijo que sí formaron parte del proceso licitatorio, “pero la autoridad determinó que no continuaríamos en el mismo. Se asumió con responsabilidad la resolución y la empresa determinó no impugnarla ni presentar recurso alguno a los que legalmente teníamos derecho”.
Después -comentó- fueron invitados por López Obrador a encontrar una solución alternativa, más barata y menos compleja, que sirviera como un nuevo centro aeroportuario. “Así, en un esfuerzo meramente científico, se realizó un estudio técnico, basado en una profusa investigación y análisis, que, a la postre, fue publicado y difundido a través de la casa editorial Porrúa, con la finalidad de difundir una visión alterna y respuesta a un problema real y vigente de nuestro querido México”.
En el tercer debate, Anaya Cortés mostró fotografías de AMLO con Riobóo, quien, apuntó, quiso invertir en el proyecto del Nuevo Aeropuerto, pero al ser rechazado su proyecto, consiguió que también López Obrador se opusiera a él.