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Fuentes

 

Bibliografía:

 

José Agustín

 

(1992) Tragicomedia mexicana 2. La vida en México de 1970 a 1988, México, Editorial Planeta Mexicana (se consultó la edición de 2007).

 

Leñero, Vicente

 

(1978) Los periodistas, México, Joaquín Mortiz.

 

(1989) Los pasos de Jorge, colección Cuadernos de Joaquín Mortiz, Ed. Joaquín Mortiz, México.

 

Rehder, Ernest

 

(1993) Ibargüengoitia en Excélsior, 1968-1976. Una bibliografía anotada con introducción crítica y citas memorables del autor,

 

American Lang, NY.

 

Cibergrafía:

 

Levario Turcott, Marco,

 

(2006) “Un mito llamado Scherer”, www.etcetera-noticias.com/articulo.php?articulo =12370 (consultado el 21 de marzo de 2014).

 

Hemerografía:

 

Bradu, Fabienne

 

(1989) Autopsias rápidas de Jorge Ibargüengoitia, Vuelta, número 146, Enero de 1989, pp. 46 y 47.

 

(1991) La casa de usted y otros viajes, de Jorge Ibargüengoitia,

 

Vuelta, número 181, diciembre de 1991, pp. 44 y 45. Colina, José de la

 

(1977) “Las muertas de Jorge Ibargüengoitia”, Vuelta, número 12, noviembre de 1977.

 

(1985) “Retrato exprés: Jorge Ibargüengoitia”, Vuelta, número 100, marzo de 1985.

 

Ibargüengoitia, Jorge

 

(1977f) “La vida en México en 1977 (1)”, núm. 13, diciembre de 1977, pp. 30-32.

 

(1978h) “Los periodistas”. Núm. 21, agosto de 1978, pp. 25-28.

 

(1978i) “Apuntes de un viaje”. Núm. 22, septiembre 1978, pp. 30-32.

 

(1978j) “Respuestas”, núm. 23, octubre de 1978.

 

Villar, Samuel del

 

(1978) “Miserias del periodismo”, revista Vuelta, núm. 22, septiembre

 

de 1978, pág. 47.

 

Tesis consultadas:

 

López Valdez, Sol Eréndira (2008)

 

Los efectos de un cuento. Análisis narrativo de “La ley de Herodes” de Jorge Ibargüengoitia, Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, FFyL de la UNAM, México.

 

Notas:

 

1.Dicha investigación dio como fruto la tesis de maestría “Ingenio por entregas. La presencia de Jorge Ibargüengoitia en Vuelta”, de la cual deriva el presente trabajo (Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2013).

 

2.En su número 100 (pág. 4) aparece una página conmemorativa del primer centenar de ediciones logradas por Vuelta, que en ese momento estaba cercana a cumplir 10 años. Dicho editorial celebra que “por primera vez en México una revista literaria se sostiene sin ser el órgano de una institución, ni el suplemento de otra publicación”. En lo particular, tal afirmación me parece no sólo temeraria, sino que de un plumazo invisibiliza a tantos esfuerzos que se han dado en todo el territorio nacional durante, por lo menos, toda la vida independiente del país. Un poco para hacerles justicia, vale recordar que en el siglo XIX se publicaba El Iris, hebdomadario del cual nos da cuenta Luis Mario Schneider en una amplia investigación hemerográfica publicada en 1965; también están la Revista Azul, fundada por Manuel Gutiérrez Nájera, en 1884; la revista Moderna, nacida en 1898 y Contemporáneos, que data de 1928, por mencionar las más prominentes de entre un gran cúmulo de publicaciones literarias que, más allá del alcance de su circulación —local, regional o nacional— eran, ante todo, independientes.

 

3.Según refieren varias fuentes, como es el caso del libro Los periodistas, de Vicente Leñero, así como diversos testimonios hechos por renombrados periodistas y escritores, entre ellos el mismo Ibargüengoitia, Julio Scherer encaró fuertes problemas como director de la cooperativa de Excélsior, luego de un enfrentamiento laboral al interior de la empresa a causa de unos terrenos, propiedad de la cooperativa, que supuestamente fueron mal administrados. Se dice que entre los cooperativistas disidentes a Scherer había personas enviadas por Echeverría para desestabilizar el ambiente en el rotativo, con la consiguiente salida de su director, Julio Scherer, quien más tarde fundó la revista Proceso. Ibargüengoitia, como ya veremos, nos muestra una versión diferente –para variar– sobre lo acontecido.

 

4.En su revisión a la hemerografía de Ibargüengoitia en Vuelta, Ernest Rehder reporta 23 textos (Cfr. Rehder, 1993: 3 y 139-140), ya que no toma en cuenta los textos que no aparecen dentro de la columna “En primera persona” ni los que se publicaron de forma póstuma. Aún así, la cifra que proporciona es inexacta, pues como veremos en un posterior apartado, dentro de dicha columna se publicaron 30 artículos y no 23.

 

5.Ibargüengoitia, 1977f: 30.

 

6.Rehder, 1993:3.

 

7.Del Villar, 1978: 47-50.

 

8.Del Villar, Samuel, 1978: 50.

 

9.Del Villar, Samuel, 1978: 47. Ante esta acusación, Ibargüengoitia habría de responder más tarde en su defensa que “cuando alguien dice casi la verdad está diciendo una mentira” (Ibargüengoitia, 1978j: 35).

 

10.Ibargüengoitia, 1978j: 35. El entrecomillado de la palabra “concedió” denota el escepticismo del guanajuatense.

 

11.Idem, pág. 28.

 

12.Ibidem.

 

13.Ibargüengoitia, 1978j: 34-36.

 

14.Ibargüengoitia, 1978j: 34.

 

15.Ibargüengoitia, 1978j: 35.

 

16.Si bien el autor se refiere a las expresiones de García Cantú sobre el tema, no menciona en qué publicación aparecieron éstas.

 

17.Ibidem.

 

18.Aunque el dato pueda resultar irrelevante, cabe mencionar que, si bien Ibargüengoitia colabora el siguiente mes, luego deja de hacerlo en dos números sucesivos, quizá con motivo de algún viaje. Bajo riesgo de caer en la mera especulación, no descartamos la posibilidad de que su ausencia durante los dos números siguientes al 24 haya sido producto de alguna susceptibilidad del autor a raíz de las diferencias suscitadas por la reseña de Los periodistas, aunque es algo que quizá nunca sabremos a ciencia cierta.

 

19.Ibargüengoitia, 1978h: 25-28.

 

20.Cfr. Levario, 2006.

 

21.José Agustín, 1992: 22.

 

22.Leñero, 1978: 36.

 

23.Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas, FFyL de la UNAM, 2008.

 

24.Ibargüengoitia, 1978h: 27.

 

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