El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon finalizó su participación en la Asamblea General de la ONU criticando la actitud de diversos lideres mundiales. El alto funcionario denunció este martes que algunos mandatarios tienen las manos manchadas de sangre.
Asimismo, Ki-moon exigió crear reformar para evitar que países sigan bloqueando acciones internacionales en pro de la paz y el bienestar de las personas.
"En demasiados lugares vemos a líderes que reescriben constituciones, que manipulan elecciones y que dan otros pasos desesperados para agarrarse al poder. Los líderes deben entender que su puesto es una confianza que les da gente, no una propiedad personal", lamentó el diplomático surcoreano.
El secretario, además condenó el "repugnante, salvaje y aparentemente deliberado"ataque de la noche del lunes contra un convoy humanitario en Siria y exigió justicia en este y otros crímenes. "Los trabajadores humanitarios que entregaban ayuda eran héroes. Aquellos que les bombardearon son cobardes (…) Justo cuando pensamos que no se puede ir a peor, el listón de la inmoralidad se hunde aún más".
El discurso de Ban se caracterizo por su firmeza y por su lenguaje contundente hacia algunos dirigentes: a los de Sudán del Sur les acusó de haber "traicionado a su pueblo", a los de Corea del Norte de dedicarse a pruebas nucleares mientras su gente sufre y al presidente sirio, Bachar al-Asad, de haber matado a más civiles que nadie en la guerra de su país.
También rechazó el actuar de los líderes palestinos e israelíes, a quienes recriminó por la falta de avances para resolver el conflicto de Oriente Medio y por la creciente polarización del debate. "Esto es una locura. Reemplazar la solución de los dos Estados con una construcción de un Estado llevaría al desastre: negar a los palestinos su libertad y futuro y empujar a Israel más lejos de su visión de una democracia judía y hacia un creciente aislamiento global”.
Ban Ki-moon dejará su cargo a finales de este año.
(Con información de El Mundo)
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