Vamos a entrar al terreno de la ficción política. López Obrador constantemente se queja del neoliberalismo y la herencia maldita que nos dejó, algo que no dejaría de ser parte del anecdotario, pero que hace que nos preguntarnos por qué se queja del neoliberalismo si mantiene y defiende a quien contribuyó a que el principal responsable de que dicho modelo se implantara en México y llegara a la presidencia en 1988.
El bumerang del neoliberalismo
En lo que va del sexenio, hemos escuchado constantemente que el neoliberalismo es culpable de la mala situación que vivimos, del bajo crecimiento económico, de la pobreza, de la corrupción.
Y en buena medida es cierto, pues se trata de un modelo económico que privilegia al mercado por encima de las necesidades de la gente, por lo que no debe sorprendernos que luego de casi 4 décadas de funcionamiento, la desigualdad en el país se haya mantenido y la pobreza no se haya reducido sino en un pequeño porcentaje.
¿Saben quién implantó dicho modelo en México?
Con la llegada de Miguel de la Madrid a la presidencia en 1982, también llegaron un grupo de economistas que se habían especializado en el extranjero.
Al frente del grupo que asesoraba al nuevo presidente estaba Carlos Salinas de Gortari, quien fue el principal responsable de la redacción del Plan Nacional de Desarrollo para el sexenio 1982-1988.
El detalle es que en dicho plan y como titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, Salinas de Gortari comenzó a poner los cimientos de lo que con el tiempo se conocería como neoliberalismo.
Dicho modelo se logró implantar definitivamente en el siguiente sexenio, en el cual él llegó primero como candidato, para luego ganar una polémica elección en 1988.
De 1988 a 1994 se reformó la Constitución y se implantaron una serie de medidas que hicieron que México recorriera el camino neoliberal, como fue el caso del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá y una serie de decisiones adicionales.
El punto central en esta historia es que la elección del 88 estuvo marcada por la sospecha de un monumental fraude para evitar que el principal candidato opositor, Cuauhtémoc Cárdenas, ganara en dichos comicios.
Cárdenas había renunciado al PRI por la imposición de la candidatura de Salinas y por el rumbo económico que estaba tomando el país. Era claro que Salinas de Gortari era designado para darle continuidad y consolidar lo que había empezado como colaborador de Miguel de la Madrid.

El fraude cometido impidió que la visión nacionalista de Cárdenas lograra revertir lo hecho en materia económica durante esa etapa de la historia, por lo que nos debemos preguntar que hubiera pasado si dicho fraude no se hubiera realizado.
¿Saben quién fue el protagonista central de este fraude, impidiendo que el primer jefe de gobierno de la hoy Ciudad de México fuera presidente de México en 1988?
Pues alguien a quien ahora la 4T defiende como a pocos: Manuel Bartlett Díaz.
A decir del presidente López Obrador, casi todo es por culpa del neoliberalismo, por lo que sorprende que a la vez defienda a Bartlett.
El neoliberalismo se consolidó en el sexenio 1988-1994, con Carlos Salinas de Gortari como presidente, incluso con reformas constitucionales que hicieron que la economía mexicana se volcara hacia este sistema.
Salinas ganó la elección luego de la caída del sistema, operada por Bartlett, luego de que las investigaciones realizadas desde ese año mostraron grandes irregularidades que no importaron para la Comisión Federal Electoral –en aquel entonces no existía el INE– pues se hizo de la vista gorda e ignoró las protestas de los partidos de oposición y analistas que mostraban que no había sido un proceso electoral limpio.
El presidente de dicha comisión era Manuel Bartlett.
Cabe recordar que uno de los motivos para la renuncia al PRI de Cuauhtémoc Cárdenas fue la serie de decisiones que en materia económica se habían tomado en el sexenio de Miguel de la Madrid, que alejaban a su partido de la herencia social de la Revolución.
En marzo de 1987, Cárdenas señaló que era necesario “ampliar los cauces de expresión de participación popular, elevar en el más corto plazo posible los niveles de vida, la reactivación de la economía para desarrollo nacional sin condicionamientos externos”.
Era claro que un triunfo de Cárdenas hubiera revertido la mayoría de las medidas adoptadas por Miguel de la Madrid y su principal operador económico Salinas de Gortari, pues el líder del Frente Democrático Nacional no comulgaba con este sistema y dichos cambios en la Constitución no se hubieran dado.
México en 1988 hubiera vivido un cambio en el modelo económico contrario al neoliberalismo que consolidó Salinas de Gortari.
Lo curioso es que el presidente López Obrador se queja constantemente de lo que provocó el neoliberalismo, pero a la vez defiende a Manuel Bartlett Díaz, quien le abrió la puerta de la presidencia al principal arquitecto de este modelo económico mediante la operación de un fraude en 1988.