De memoria, sobre otro desvanecimiento de AMLO, escribió Adrián Rueda hace poco más dos años

Compartir

Por Adrián Rueda

Desde hace ya tres años Andrés Manuel López Obrador había dicho a los suyos que estaba muy cansado, que su salud no era la mejor y que veía muy lejano 2018, por lo cual estaba pensando en pasar la estafeta del equipo a alguien más, ¿pero a quién?

Definitivamente no hay nadie que pueda sustituir a El Peje y si éste desaparece, junto con él lo hace Morena.

El tema viene a cuento porque el fin de semana, en Oaxaca, donde andaba de gira, el tabasqueño perdió el conocimiento. De la nada se desmayó y varios pensaron que le había dado otro infarto, como el que sufrió en 2013.

Del desvanecimiento se recuperó relativamente rápido, pero en su equipo quedaron espantados por el semblante que traía. Como de ese desmayo hubo más de un testigo, de inmediato se ordenó desmentir ante todo el mundo la noticia.

Su vocero, César Yáñez, se dedicó a hablar a todos los noticieros y a difundir fotos por las redes sociales donde se ve a López Obrador como si nada, encabezando algunos eventos en Oaxaca.

Pero nadie se tragó el cuento de que al tabasqueño no le había pasado nada, cuando él mismo se ha estado quejando de su salud.

Y es que luego de librar un infarto al miocardio, del cual salió milagrosamente vivo, El Peje se creyó Superman y regresó a su viejo vicio de los Raleigh y a jugar beisbol, cosas que tenía prohibidas.

La urgencia de desmentir su mal estado de salud se debe a que cualquier signo de debilidad del tabasqueño sería aprovechado por sus enemigos —internos y externos— para generar caos al interior de Morena.

 

Más información: https://bit.ly/2jZqRwM

Autor