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En etcétera no tuvimos la tentación de hablar de una parte central de nuestra vida, más bien la alentamos. Antes que analistas o editores que buscan integrar los textos de otros lo mejor posible; antes que abiertos opositores a que haya monopolios en México, y sólo después del amor, somos aficionados a mirar la lucha de 22 hombres que integran toda su inteligencia y su denuedo para disputar el balón de futbol y oradar la portería en favor de la causa del equipo.

Estamos convencidos de que el grito de gol en estas semanas será sinónimo de paz, entusiasmo, anhelo, esperanzas y de abrazos de felicidad o de consuelo. Quienes nos conocen, saben que esto lo decimos en serio, incluso, hasta nos reconforta saber que el gusto por el futbol es lo único en donde esta revista no es marginal: en 2007, según la FIFA, ese deporte lo jugaban 265 millones de personas, pero la cifra estratosférica es la audiencia esperada de 30 mil millones, que implica una expectativa de consumo de 500 mil millones de dólares durante el evento. En México, las dos principales televisoras podrían repartirse cerca de 3 mil millones de dólares, además de que, según BBVA Bancomer, la audiencia del certamen representa el 30% del total de la audiencia para Televisa, y para TV Azteca, algo así como el 15%. Mientras todo eso, etcétera dedica al tema el 25% de las páginas de esta edición, mediante un texto hecho por la fina mediocampista de este equipo, la doctora María Cristina Rosas. A propósito, queremos pedirle un favor a nuestros amigos y colaboradores e incluso a los clientes: absténganse de llamar a la oficina o de establecer comunicación por otras vías con nosotros durante los partidos de futbol, menos aún cuando juegue la selección mexicana, y ni qué decir cuando la gran final. No lo hagan ni para saludar ni para comentar algún texto ni para contratar publicidad y, en el caso de las dependencias federales, ni para informarnos si se mantiene o no el veto del gobierno contra las revistas en ese rubro. Todo esto, claro, con la excepción de que alguno de ustedes quiera comentar alguna jugada.

El marketing desplegado por las dos principales televisoras del país induce a creer que esta vez el representativo nacional hará historia y, en el otro extremo, sobran quienes afirman que los resultados de la escuadra tricolor serán frustrantes, como siempre. Nosotros pensamos que hay un buen equipo para superar la siguiente ronda e incluso llegar a octavos de final. Pero más allá de eso, resalta la forma en que Televisa busca sacar raja del furor deportivo a través de la “Iniciativa México”, como lo adelantamos en el portal de etcétera el 28 de mayo. Sucede que esa empresa, luego de acordar con el gobierno federal, impulsó una fórmula en la que ahora participa una buena cantidad de medios de comunicación. Al cierre de la edición supimos que la “Iniciativa México” se anunciaría en cadena nacional el domingo 30 de mayo y que Javier Aguirre alentará a los ciudadanos a apoyar a su selección y a creer en el México ganador que podemos construir (recuérdese que el 17 de febrero el llamado Vasco tenía otra opinión). En esa línea los medios convocan a discutir cinco temas como la calidad de vida y el medio ambiente, por ejemplo -en esa ruta tal vez faltó algo de gastronomía-, pero no se incorporaron ni a la violencia ni a la inseguridad ni la crisis económica, temas tan lacerantes sobre los que, difícilmente si no es con resultados, cambiará la percepción social. Nosotros sabemos que, pese a todo, una cosa son las pretensiones políticas, mediáticas y comerciales, y otra la capacidad de cada quien para disfrutar del futbol por encima de ello. Aún quedan 11 días para que empiece el Mundial, es decir, el tiempo suficiente para que usted, amable lector, revise otros materiales que también publicamos junto con los que diario colocamos en el sitio.

Expresamos, por cierto, el deseo por la pronta liberación del líder del PAN, Diego Fernández de Cevallos; como a ustedes les consta, abordamos su secuestro en la página web desde que éste ocurrió y lo haremos diario hasta su desenlace. Debemos concluir este editorial, sin embargo, porque daremos un repaso al calendario de los próximos partidos de futbol, además de organizarnos para ver a quien le toca qué entre los desayunos, las papas y las cervezas. Ah, y también los pañuelos desechables porque, en serio, cómo se sufre viendo jugar a nuestro equipo. No tarda ya en rodar el balón.

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