Después de que en la mañana de hoy el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, anunció que acudirá a la Corte Internacional de Justicia y a la Organización de las Naciones Unidas a denunciar el acto intimidatorio que significa la desmedida vigilancia policial y militar en las afueras de la Embajada de México en Bolivia, el ministro de Gobierno de ese país, Arturo Murillo, respondió que “allá nos veremos”, mientras que la ministra de Relaciones Exteriores calificó la posición mexicana de absurda.
Sin embargo, en las últimas horas, en una entrevista radiofónica y tras una invitación mexicana al diálogo, Longaric ha dicho estar dispuesta, pero directamente con Ebrard.
Sobre los dichos del gobierno mexicano durante la conferencia de prensa presidencial de hoy, Murillo replicó: “Hoy nos amenazan con llevarnos a la Corte Internacional; allá nos veremos con mucho gusto y veremos quiénes han violado los tratados”.
Por supuesto, según el funcionario boliviano, México ha sido quien ha violado tratados internacionales al permitir que el expresidente Evo Morales hiciera declaraciones políticas durante su asilo.
“Durante todo el tiempo que el señor Morales ha estado en México hizo declaraciones fuera de lugar”, dijo el político boliviano, quien agregó que se le brindarán garantías de seguridad a la representación mexicana.
Llamó “terrorista confeso” a Evo Morales, “por haber mandado a asesinar al pueblo de Bolivia, haberle quitado la comida. Ellos le han permitido que haga declaraciones políticas, violando los tratados internacionales”.
Murillo declaró su sorpresa por la actitud de México: “Nos llama la atención muchísimo el ataque que estamos recibiendo del gobierno mexicano. Nos cuesta entender por qué se quejan de que cuidemos la residencia: ¿por qué se quejan de que cuidemos la salud de sus alojados y la salud de la misma embajadora, incluso llegando a faltar a la verdad?”.
“Nosotros vamos a seguir resguardando porque es nuestra obligación, pese a que la Embajada mexicana está resguardando algunos delincuentes buscados por la justicia boliviana”, dijo. También mencionó que la presencia policial se debe a que hay denuncias en el sentido de que movimientos sociales podrían atacar el edificio.
En la sede diplomática mexicana se encuentra, por ejemplo, el exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, además de otros ocho exfuncionarios del gobierno de Evo Morales. Quintana es procesado por sedición, terrorismo y financiamiento al terrorismo.
También Karen Longaric, ministra de Relaciones Exteriores del país sudamericano, respondió a la SRE al calificar como “absurdo” el intento de México de denunciar a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia por el asedio a su Embajada, y acusó a Marcelo Ebrard de que, con sus dichos, buscar la confrontación o enemistad entre ambos países.
La funcionaria boliviana también declaró que la embajadora mexicana “me visitó en dos o tres oportunidades para solicitarme expresamente el refuerzo de la seguridad, pidiendo una mayor cantidad de efectivos”.
También rechazó expresiones del gobierno mexicano: “Nos califican como un gobierno de facto; no tiene ningún derecho a hacer esa calificación que va contra la voluntad del pueblo boliviano (…) Bolivia se encuentra muy tranquila, porque sabe que no incurrió en las irregularidades que denuncia la Cancillería mexicana”.
En su cuenta de Twitter la diplomática dio a conocer un comunicado que resumió en tres líneas: “Bolivia quiere relaciones amistosas con México basadas en la no injerencia en los asuntos internos -Exigimos al gob. de AMLO que respete al pueblo boliviano y a su proceso democrático. Acabamos de recuperar la democracia -México debe entregar a los acusados por delitos comunes”.
Hoy a las 10 de la mañana estaba agendada en Ciudad de México una reunión de la Subsecretaría para América Latina y el Caribe de la SRE con la encargada de Negocios de la Embajada de Bolivia en México, Silvia Montesinos, quien canceló la reunión tras el intercambio de mensajes entre Ebrard y Murillo.
Posteriormente México ha convocado a Bolivia a tener un canal de comunicación debido al conflicto. El subsecretario para América latina y el Caribe de la SRE, Maximiliano Reyes, invitó a Longaric para “que abramos un canal de comunicación directo e incluso personal, cuando ella lo estime conveniente”.
Propuso un encuentro en un país intermedio para hallar una ruta que “mediante el diálogo y la diplomacia, pueda llegar a cerrar este episodio”.
Longaric ha respondido afirmativamente, pero ha solicitado que el diálogo sea directamente con Marcelo Ebrard, el que podría llevarse a cabo en la propia Bolivia o en un tercer país. Al respecto, la diplomática dijo que “lo importante es que se haga el diálogo, ya sea en territorio boliviano o en un tercer país (…) Lo importante es bajar el tono a la confrontación que innecesariamente se ha dado entre Bolivia y México”.