El atentado criminal en Las Vegas, en el que un sujeto ya identificado como Stephen Paddock (de 64 años) disparó contra la multitud muy cerca del hotel casino Mandalay Bay, alcanzó la cifra de 59 víctimas fatales y 527 heridos, según reportes de la policía local.
El sheriff Joe Lombardo dijo a periodistas que el sospechoso atravesó una puerta y golpeó un guardia de seguridad del hotel en la pierna; en su coche, en el casino, fueron hallados fertilizantes y nitrato de amonio. Un equipo de asalto SWAT se prepara para entrar a una segunda casa del sospechoso, ubicada en Reno.
Lombardo dijo que no tenía mucha información para compartir sobre el sospechoso, pero que parecía ser un “solitario”. Oficiales de policía informaron que las víctimas han sufrido una amplia gama de lesiones, entre las que destacan heridas de bala, de metralla y lesiones por saltar cercas al tratar de escapar.
La oficina del forense todavía trabaja para identificar a las víctimas y proporcionar actualizaciones a las familias. Ante la pregunta de si la oficina de peritos era capaz de manejar el número de cadáveres, un funcionario dijo que sí pero agregó: “No sé si alguien puede estar completamente equipado para manejar esto”.
La alcaldesa de Las Vegas, Carolyn Goodman, dijo en conferencia de prensa que los primeros socorristas salvaron miles de vidas actuando rápidamente al llegar a la escena en cuestión de minutos. Las víctimas no sabían lo que estaba sucediendo cuando el sospechoso comenzó a disparar.
Pensaban que eran fuegos artificiales o parte de la tecnología del concierto, pues creyeron que el ruido de las detonaciones provenía de diferentes direcciones. Había 22 mil personas en el evento, señaló.
El senador por Nevada, Dean Heller, dijo por su parte que “nunca olvidaremos el 1 de octubre de 2017. Es un día que recordaremos por muchos años”.
(Con información de The Guardian)
aml
