En Filipinas, la Cámara de representantes aprobó este martes una iniciativa de ley para restaurar la pena de muerte en aquel país mediante la horca, la inyección letal o el fusilamiento para delitos asociados al tráfico de drogas.
Con 216 votos a favor, 54 en contra y una abstención, el órgano legislativo dio su aval al controversial proyecto propuesto por el presidente Rodrigo Duterte, quien durante su campaña ofreció instaurar nuevamente la pena capital para criminales reincidentes, en particular narcotraficantes. El dictamen deberá ser votado en el Senado.
Según los defensores de la iniciativa, la pena de muerte ayudará en el combate al narcotráfico, actividad que constituye una amenaza a la seguridad nacional. En tanto, los opositores la califican como atentatoria contra los derechos humanos, además de que la corrupción que priva en los cuerpos de procuración de justicia, podría provocar la muerte de personas inocentes.
Hace tres semanas, miles de filipinos encabezados por representantes de la Iglesia Católica, mayoritaria en el país, realizaron una manifestación por las principales calles de Manila, mientras que 200 activistas se apostaron este martes a las afueras de la sede de la Cámara de Representantes para expresar su rechazo.
La pena de muerte en Filipinas había sido abolida en 2006 por la entonces presidenta Gloria Macapagal Arroyo, quien ahora en su calidad de vicepresidenta de la cámara baja, votó en contra del dictamen.
(Con información de AP)
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