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Sólo por hoy, el emblemático Teatro Colón de Bogotá abrió sus puertas para algo más allá que un espectáculo cultural, se decidió que allí quedará registrado un gran esfuerzo histórico para Colombia: La firma del nuevo y definitivo acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.


Pese a los intentos de la oposición por ahogarlo, éste salió a flote sin heridas graves por el que se pensó era un plebiscito letal o por la leve mayoría que en manifestaciones y sesiones gritaban “NO” y, sin que los pudieran convencer, hasta el último minuto se mostraron en contra del pacto que ocho presidentes intentaron lograr sin éxito alguno.


Fue el mandatario Juan Manuel Santos que durante seis años lo fraguó, quien al final, lo consiguió, labor que le costó un premio Nobel de Paz.



Es así como este jueves 24 de noviembre, en una ceremonia austera, sin los lujos de la primera realizada el 26 de septiembre en la turística Cartagena, con menos invitados, presidentes y personalidades, Santos y alías “Timochenko”, líder máximo de la guerrilla más antigua del continente, firmaron el nuevo acuerdo de paz para, por fin, cerrar 52 años de un conflicto que ha dejado más de 250 mil muertos.


El acto inició a las 11:27 horas (local) y contó con la presencia de sólo 17 jefes de Estados, más de 25 cancilleres, víctimas del conflicto, 90 miembros del cuerpo diplomático de las embajadas que hay en el país, expresidentes de la república, magistrados de las altas cortes, congresistas, directores de medios de comunicación y representantes de organizaciones de la sociedad, según informó el diario El Colombiano.


Inició con la interpretación del himno nacional por parte de Cecilia Silva Caraballo, cantante del grupo cartagenero Tambores del Cabildo. Luego y en medio de una serie de aplausos y gritos de “Sí se pudo”, el presidente y “Timochenko”, firmaron el texto con las modificaciones propuestas por la delegación detractora que encabezó el expresidente Álvaro Uribe Vélez.



“Timochenko” fue el primero en dirigirse a los colombianos: “Que la palabra sea la única arma de los colombianos (…) A nuestros adversarios públicos, nuestro respeto y nuestro ramo de olivo”. Además, e invitó a cerrar las brechas que los separan y a buscar un consenso en las ideas.


El presidente Juan Manuel Santos, por su parte, reconoció que el nuevo acuerdo de paz es mejor que el firmado en Cartagena porque recoge los aportes de las personas que votaron “NO”. “Reconozco que este nuevo acuerdo es mejor que el que firmamos en Cartagena. Es mejor porque recoge las esperanzas y las observaciones de la inmensa mayoría de los colombianos. Del 50% de los que votaron 'SÍ' y de un importante porcentaje de los que votaron 'NO'.



Más tarde agregó: "Todos sabemos, en el fondo del alma, que el conflicto armado tiene un costo demasiado alto. Es demasiado doloroso, como lo son todas las guerras. Los muertos, los desaparecidos, los heridos, las víctimas y sus familias han sufrido este terrible enfrentamiento (…) Y todos sabemos que la paz nos devolverá la esperanza, la fe en el futuro y la posibilidad de tener un mejor vivir para nosotros y nuestros hijos".


Con la tradicional cumbia colombiana y los efusivos aplausos del público, la ceremonia terminó casi al completar una hora pero antes, Santos, explicó que la próxima semana el documento será llevado al Congreso para su aprobación y cinco días después empezarán a implementar los puntos acordados como la dejación de las armas, el desminado del territorio, entre otros. Destacó que en 150 días todas las armas de dicha guerrilla estarán en manos de las Naciones Unidas y que Las FARC, como grupo armado, habrá dejado de existir.


Viva Colombia”, concluyó el mandatario.


(Con información de El Tiempo y El Colombiano)


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