El abogado chino y defensor de los derechos humanos Xia Lin, conocido por defender a diversos activistas y políticos, recibió el pasado jueves en Pekín una sentencia de 12 años por fraude.
La justicia china lo acusa de haber obtenido mediante engaños cerca de 100 millones de yuanes para pagar deudas de juego. Cargo del que se declaró inocente.
Esta es la pena más dura hasta la fecha impuesta por el régimen chino contra los defensores de las libertades fundamentales.
“Xia insistió en que el resultado del juicio representa una persecución y una venganza contra su defensa de los derechos humanos, especialmente en los casos que ha representado en los tribunales”, declaró su abogado, Ding Xikui tras conocerse la sentencia.
Asimismo, Xikui considera que el caso forma parte de la campaña del presidente chino, Xi Jinping, por silenciar a los abogados de derechos humanos que se han atrevido a desafiar al poder arbitrario del Estado y del Partido Comunista chino.
Según la organización China Human Rights Defenders (CHRD), Xia fue detenido el 8 de noviembre de 2014 en su domicilio cuando se preparaba para representar a Guo Yushan, un célebre activista y fundador del clausurado centro de estudios Transition Institute.
“El cargo de fraude es solo una cortina de humo para tapar las verdaderas intenciones del gobierno, reprimir a los abogados dispuestos a defender a clientes en casos políticamente sensibles”, denuncia William Nee, investigador de Amnistía Internacional en Hong Kong.
Desde la llegada al poder del presidente Xi Jinping, China ha endurecido los controles sobre los críticos al gobierno. El año pasado detuvo a más de 200 activistas y abogados defensores de los derechos humanos. La mayoría han ido quedando gradualmente en libertad.
(Con información de El País y El Mundo)
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