El Gobierno de Donald Trump anuló este jueves la estrategia judicial sobre marihuana de la anterior administración federal, que toleró la creciente legalización del uso recreativo en varios estados de la Unión, dado que el Departamento de Justicia emitió normativa que indica a los fiscales federales no ceder en este terreno.
El fiscal general Jeff Sessions desautorizó hoy los memorandos que desalentaban la persecución de delitos relacionados con marihuana en los estados que habían legalizado la venta y el consumo, lo que da carta blanca a los fiscales federales para actuar con mayor agresividad a fin de hacer cumplir la ley federal, que aún considera ilegal el consumo y posesión de esa droga.
Ello genera una incógnita para el ciudadano común y puede traducirse en un viraje que supone un golpe a la creciente tolerancia a la marihuana en EU, que ha relajado décadas de políticas de criminalización y ha abierto un enorme mercado económico para productores, distribuidores y las arcas públicas.
Seis estados (Colorado, Washington, Oregón, Nevada, Alaska y California) permiten la venta y el consumo recreativo de marihuana, el último en unirse fue, precisamente el pasado lunes, California, el más poblado y rico de todos ellos.
Otros dos estados (Maine y Massachusetts) y la ciudad de Washington, permiten el consumo de la droga pero no su venta. Y un total de 29 de los 50 estados del país han legalizado el uso medicinal de la marihuana, pese a que la agencia federal de medicamentos ha rechazado designarla como droga medicinal.
“Es la misión del Departamento de Justicia aplicar las leyes y la anterior directriz socava” dicha aplicación, argumentó en un comunicado Sessions. El exsenador republicano por Alabama, partidario desde hace tiempo de una política restrictiva contra las drogas y los criminales, indicó que el nuevo marco legal permite a los fiscales perseguir a organizaciones de narcotraficantes, abordar la “creciente crisis de drogas” y luchar contra el crimen violento.
El Departamento de Justicia no aclaró si la nueva estrategia podría implicar la persecución legal a dispensarios y consumidores de marihuana o simplemente busca frenar la creciente dualidad, en que la marihuana es ilegal para el gobierno federal pero legal para algunos estados. Un portavoz dijo a la prensa que la directriz de la era Obama había creado un “terreno seguro para que la industria de marihuana operara en esos Estados” y que se considera que eso es “inconsistente con la ley federal”.
En 2013, los ciudadanos de los estados de Colorado y Washington aprobaron la legalización del uso recreativo de marihuana. Entonces, el Departamento de Justicia de Obama decidió no demandar a esos estados y emitió un memorando -ahora revocado- en que se instaba a los fiscales a no dar prioridad a la violación de la ley federal sobre marihuana, excepto en casos de venta a menores, actividad de bandas o traslado de la droga a estados en que el consumo y la venta es ilegal.
(Con información de El País)
aml