SANTIAGO, 27 abr (Xinhua) — La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advirtió en un informe difundido hoy lunes que la pandemia causada por la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19) repercutirá en un incremento del hambre y pobreza en los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
El representante regional de la FAO, Julio Berdegue, dijo en un comunicado difundido por la oficina regional en Santiago de Chile que “es clave que los gobiernos declaren la alimentación y la agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional, con apoyo de todos los órganos del Estado y de la población”.
“Es esencial mantener vivo el sistema alimentario para que la crisis sanitaria no se transforme en una crisis alimentaria”, abundó.
El informe, que fue creado a solicitud de la presidencia pro témpore de México ante la CELAC, analizó los problemas que aquejan a la región y, en particular, los que impactan durante la emergencia sanitaria que “desconocen fronteras y por tanto deben afrontarse en conjunto”.
El coordinador nacional de México ante la CELAC, Efraín Guadarrama Pérez, indicó que “México, en sus esfuerzos para renovar a la CELAC, como único mecanismo de concertación que integra exclusivamente a los países de América Latina y el Caribe, buscó generar esta importante alianza con la FAO para dar herramientas a los estados miembros con el objetivo de que reduzcan los efectos de la pandemia en la alimentación”.
El estudio precisó que América Latina y el Caribe y los mercados internacionales tienen reservas suficientes para alimentar de forma adecuada a sus habitantes en los próximos meses.
Por lo que el principal desafío en el corto plazo es garantizar el acceso a los alimentos de la población que está cumpliendo con las medidas de seguridad sanitaria, especialmente para quienes han perdido su fuente de ingresos.
La institución advirtió que la región ha visto empeorar su seguridad alimentaria en los últimos años y que la pandemia podría impactar de forma especialmente severa a aquellos países que ya venían presentando una condición de inseguridad alimentaria.
Para enfrentar esta crisis, el estudio recomendó reforzar los programas de apoyo nutricional para madres en edad fértil y niños menores de cinco años de edad, asegurar la alimentación escolar, expandir los programas de protección social y promover hábitos de consumo saludable.
Asimismo, llamó a garantizar la oferta de alimentos y a facilitar el transporte y acceso económico a insumos productivos, como semillas y fertilizantes, entre otros, y a maquinaria e infraestructura.
También afirmó que debe mantener el funcionamiento de las explotaciones agropecuarias, con especial atención a la agricultura familiar campesina, pero sin excluir las de mayor tamaño.
Según la FAO, la región debe definir lo antes posible estrategias para el periodo post-COVID-19, que permitan retomar la senda de crecimiento sostenible e inclusivo.