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jueves 26 diciembre 2024

“La gente buena lo llorará”: fallece Quino

por etcétera

Aunque el mundo no se paró, Quino se bajó. A los 88 años de edad falleció en Mendoza, Argentina, Joaquín Salvador Lavado Tejón, uno de los más importantes caricaturistas de América Latina, célebre principalmente por Mafalda, uno de los personajes que creó y que, con buen humor y un trazo limpio, logró poner a reflexionar a millones de personas.

El editor de Quino, Daniel Divinski, fue quien, en su cuenta de Twitter, dio a conocer la noticia: “Se murió Quino. Toda la gente buena en el país y en el mundo, lo llorará”.

Su más famoso personaje (aunque no el favorito de Quino entre sus creaciones) fue el de una niña regordeta de pelo largo y ensortijado, a la que llamó Mafalda. Mediante esa figura entre contestataria e ingenua el caricaturista desarrolló (y motivó) una amplia serie de reflexiones acerca del mundo.

El caricaturista se ocupó de Mafalda durante 10 años. Fue publicada por primera vez en el semanario Primera Plana, de Buenos Aires, el 29 de septiembre de 1964, de donde pasó a El Mundo y Siete Días, donde la serie concluyó el 25 de junio de 1973. Pero ya desde antes de su finalización Mafalda había dado material para la publicación de varios libros, incluso en otros países: en 1969 apareció uno en Italia con la presentación de Umberto Eco, mientras que en la España franquista sus volúmenes debieron llevar la etiqueta “para adultos”. Por su éxito, la obra de Quino ha sido traducida a, cuando menos, 15 idiomas.

Twitter Mafalda Digital

En un intercambio con los lectores de El País en 2006, sobre los orígenes de Mafalda Quino recordó que “en realidad fue un encargo, no es que a mí se me ocurriera hacer esta familia. Fue un encargo para un anuncio de publicidad que nunca se hizo. Si debía crear un personaje tenía que tener rasgos muy reconocibles, como esa mata de pelo. Y a medida que la publicaba fui conociéndola, no tenía ni idea de cómo me iba a salir el personaje”.

Quino hizo un señalamiento importante acerca de sus tiras cómicas fue que, contra una idea muy común de que Mafalda es para niños, siempre las dibujó para adultos, “incluso cuando empezó a publicarse aparecía en la página de editoriales, no de tebeos”.

A la pregunta de si Mafalda representa al pueblo argentino, Quino respondió más bien con un afán mucho más amplio y cosmopolita: “Soy hijo de españoles y nacido aquí en primera generación. Me he criado en una provincia llena de inmigrantes árabes, italianos, españoles… He querido reflejar la época de los Beatles, Brigitte Bardot, el Che Guevara, más que si era argentina o no”.

Acerca de la vigencia del personaje en 2006, cuando fue aquella charla virtual, afirmó: “Creo que hay una temática que lamentablemente sigue vigente en cuanto a que Mafalda criticaba un mundo lleno de injusticias, de guerras, de ansias de poder y ambiciones humanas. Eso no ha cambiado ni creo que cambie nunca. Uno lee la historia de la humanidad y el hombre no cambia; cambia la tecnología pero el comportamiento humano sigue siendo el mismo”.

La transformación no sólo de la política sino de la condición humana fue el tema que lo apasionó. Al respecto, preguntado acerca de si el humor puede modificar algo, Quino respondió: “No, no lo creo. Pero ayuda. Es el pequeño granito de arena que uno puede aportar para modificar las cosas”.

Sin embargo, al respecto no era optimista. En muchas ocasiones el dibujante fue inquirido sobre la actualidad de Mafalda; así, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en 2016, en una entrevista con EFE, dijo que “viendo las cosas que hice en todos estos años me doy cuenta de que digo siempre las mismas cosas, y siguen vigentes. Eso es lo terrible… ¿No?”.

AP

Acerca de por qué dejó de dibujar a Mafalda, Quino explicó que, “después de 10 años de dibujarla me estaba repitiendo demasiado con la temática”. Y en 2014, en Francia declaró que “yo quería ser Picasso. Estoy contento con el resultado de Mafalda. Pero no tanto”.

Pese a que es, por mucho, su personaje emblemático, Quino siempre mantuvo cierta distancia autocrítica de Mafalda. En una declaración de 1972 afirmó que le gustaba otro tipo de dibujo y que ella lo había echado a perder como dibujante, lo había frustrado, pero concluyó: “Sin embargo, a veces le tengo cariño, otras veces le tengo rabia”.

Por Mafalda y muchas otras obras, Quino ganó importantes premios internacionales, como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y la Medalla de la Orden y las Letras de Francia en 2014.

De Mafalda el jurado del premio Príncipe de Asturias consideró que “es una niña que percibe la complejidad del mundo desde la sencillez de los ojos infantiles”, además de que “los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento”.

Premio Príncipe de Asturias

“¿QUÉ LES DI?”

En 1976, tras el golpe de Estado de Jorge Rafael Videla en Argentina, el caricaturista se exilió en Milán, Italia, y en 1990 adoptó la nacionalidad española. Si bien declaró que lo suyo era el dibujo de humor, por supuesto que su obra también abarcó aspectos políticos: por ejemplo, alguna vez dijo sobre el disgusto que a Mafalda le provocaba la sopa que se debía a que esta era “una alegoría de los gobiernos militares que nos teníamos que comer todos los días por estas latitudes”.

Posteriormente, cuando estuvo en París en marzo de 2014, describió su filiación política, muy influenciada por sus orígenes: “Vengo de una familia antifranquista y anticlerical. Me considero de izquierda. Un poco”.

Efectivamente: sus padres, andaluces, emigraron a Argentina, a donde llegaron en 1919. Así, Quino nació en Mendoza el 17 de julio de 1932. A los 13 años, inspirado por un tío, inició los estudios de Bellas Artes, los que dejó en 1949 para dedicarse a la caricatura. Fue hasta 1954, cuando se  trasladó a Buenos Aires, cuando empezó a publicar en el semanario Esto es. En adelante sus dibujos y tiras aparecieron en campañas publicitarias y en diversas publicaciones no sólo de Argentina sino de varios países de América y Europa.

En sus últimos años, ya viudo, Quino volvió a residir en su natal Mendoza, ciudad que desde 1988 lo declaró Ciudadano Ilustre. Estuvo aquejado por diversos problemas de salud, como la vista y otros que le obligaron a andar en silla de ruedas. Sobre su ya muy reducida capacidad visual y su profesión, en 2014 declaró que se sentía “una piltrafa. Es muy feo; a uno se le va desapareciendo el mundo. Sabe, ya casi no veo lo que pasa a mi alrededor”.

Esas circunstancias hicieron muy difícil que se cumpliera un deseo que reveló en una entrevista al diario La Nación, de Costa Rica: “Prefiero una muerte que ni me entere de que me estoy muriendo”.

Según explicó su familia, su muerte se debió a “razones propias de la edad y derivaciones de su salud de este último tiempo”, pero que había vivido “íntegramente”.

Acerca de lo que sería su herencia cultural, Quino hizo algunos comentarios; cuestionado por EFE durante una firma de libros en 2014, dijo acerca de sus seguidores: “Cuando me dicen ‘gracias por todo lo que nos diste’, digo: ‘¿Qué les di?’”.

Y sobre el legado y cómo le gustaría  ser recordado, Quino dijo que como alguien “que hizo pensar a la gente en las cosas que pasan. Y a ver si las mejoramos”.

EN LA MEMORIA  

Después de enterarse del fallecimiento del caricaturista, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, expresó en Twitter: “Se nos fue Quino, uno de los artistas más grandes de la historia de nuestro país. Nos hizo reír, nos hizo pensar y nos convocó siempre a reflexionar sobre la Argentina, con la que estuvo comprometido como pocos. Hasta siempre, maestro”.

A su vez, el ministro de Cultura de Argentina, Tristán Bauer, dijo que fue un artista excepcional que “quedará para siempre en nuestra memoria, en la memoria de la cultura argentina, en la memoria de los argentinos y las argentinas. Pero quedará también para siempre como un hombre imprescindible del siglo XX y del siglo XXI que, con su arte, con su mirada, nos marcó y marcará a la humanidad para siempre”.

En México la obra de Quino fue publicada primeramente por Siglo XXI Editores, y después ha circulado mucho más ampliamente en ediciones de Tusquets. Le fue otorgado el premio La Catrina en 2003 y recibió un homenaje en diciembre de 2014, ambos reconocimientos en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

FIL de Guadalajara

Varios caricaturistas y moneros mexicanos recordaron al dibujante argentino: Trino escribió en Twitter: “Y pa acabarla de chingar, este 2020 trae la peor noticia de todas… ¡Adiós Quino!”. Por su parte Alarcón escribió: “Quino ha cumplido con el requisito para volverse inmortal”, mientras que Darío Castillejos tuiteó: “Hasta siempre maestro Quino”, los dos últimos mensajes acompañados por una caricatura dedicada a su colega.

Magú comentó: “Con la partida de Quino terminó todo un ciclo de contribución al humor y a la rebeldía social, a través de una, aparentemente, simple tira cómica infantil. Adiós al maestro”. Calderón recordó que alguna vez presentó a Quino en Monterrey.

Twitter Trino

La Secretaría de Cultura de México también lamentó el fallecimiento de Quino, “quien trascendió fronteras al ilustrar con humor y agudeza las contradicciones de la vida. Expresamos nuestras condolencias al pueblo de Argentina”.

La Real Academia Española también dedicó un mensaje de Twitter al dibujante argentino: “Nos ha dejado Quino, creador de la inolvidable Mafalda y uno de los dibujantes en español más internacionales. Sus certeras palabras viajaron a ambos lados del Atlántico gracias a sus viñetas y su peculiar sentido del humor”.

La muerte de Quino fue también lamentada por políticos como el español Pedro Sánchez y el venezolano Nicolás Maduro.

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