jueves 21 noviembre 2024

Persisten las protestas callejeras en Irán. Hay nueve muertos más

por etcétera
Persisten las protestas callejeras en Irán. Hay nueve muertos más

La crisis desatada en Irán por las protestas contra los líderes de la República Islámica se agravó al inicio de esta semana con nuevas manifestaciones y la confirmación de que otras nueve personas (seis manifestantes, un niño de 11 años, un policía y un guardián de la revolución) se sumaban al balance de víctimas mortales, que ya supera la veintena, de acuerdo con la televisión oficial.

El líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, culpó hoy a los adversarios de Irán de estar detrás de las manifestaciones: “Los enemigos de Irán han usado distintas herramientas como dinero, armas, política y aparatos de inteligencia para crear disturbios en la República Islámica”, destacó el líder, según reporte de Reuters. También hubo algunas concentraciones en apoyo al régimen.

Cientos de personas han sido detenidas en los últimos días en todo el país; sólo en Teherán, la capital, fueron arrestados unos cien manifestantes, según fuentes oficiales citadas por Reuters. El total de arrestados en la capital asciende desde el pasado sábado a 450. El 90% de los detenidos tiene menos de 25 años, según el viceministro de Interior, Hossein Zolfaghari.

Fuentes del oficialismo indicaron que al menos una docena de personas, entre ellos el agente de seguridad, habían fallecido en diversos incidentes el domingo 31 de diciembre. Seis manifestantes murieron en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad cuando intentaban asaltar una comisaría de la ciudad de Qahderijan, en la provincia de Isfahán, indicó la televisión.

En la misma provincia, un niño de 11 años murió por disparos de manifestantes en la ciudad de Jomeinyshahr, incidente en el que también resultó herido su padre, a pesar de que no estaban participando en las manifestaciones, según AFP.

Un miembro de los Guardianes de la Revolución, fuerza de élite iraní, murió víctima de un disparo de un fusil de caza en Kahriz Sang, también en Isfahán, en el centro del país.

El presidente del Tribunal Revolucionario de Teherán, Musa Ghazanfarabadí, advirtió hoy a los manifestantes que los acusará de delitos, entre los que figuran “atentar contra la seguridad nacional” y la “enemistad con Dios”, ambos sancionados con la pena de muerte, según información de la agencia iraní de noticias Tasnim.

El presidente del país, Hasan Rohaní, trató de enviar el lunes un mensaje de unidad y distensión, pero luego de seis días consecutivos de protestas y disturbios en las calles de la mayoría de las ciudades de Irán, la situación es tensa.

“No tenemos mayor problema; el paro y las protestas del pueblo no son una amenaza, sino una oportunidad”, declaró Rohaní en un gesto para calmar a sectores sociales que, indignados por los casos de corrupción y por la falta de derechos, se han lanzado a hacer concentraciones de protesta durante los últimos seis días por todo el país.

Al mismo tiempo, el presidente reclamó “al pueblo iraní que no se permita a una pequeña minoría blasfema infiltrarse en sus filas”, lo que abre el camino a reacciones más violentas de los cuerpos de seguridad contra los manifestantes.

En las calles centrales de Teherán, como viene ocurriendo en los últimos días, se mantuvo una intensa presencia policial ante nuevas protestas y concentraciones. En la céntrica plaza de Ferdowsi, los manifestantes incendiaron varios coches y en la calle de Felestín prendieron fuego a contenedores de basura. Las unidades antidisturbios detuvieron a decenas de personas.

“Estas protestas no llegan a ningún lado”, opinaba Alireza, un estudiante de la Universidad de Teherán que intentaba ponerse a salvo del ambiente de tensión en la calle de Karegar. Son muchos los ciudadanos que comparten esa opinión; pese a las exigencias de mejoras económicas y otras reformas, no están dispuestos a arriesgar la vida mientras no vislumbren una salida concreta a los problemas.

“Espero que las autoridades escuchen los gritos de la gente y cambien de política. Es una lástima que las cosas lleguen a tales extremos, como pasó en Siria e Irak”, opinaba Siavash, un ingeniero civil que iba a recoger a su hija a una academia en la calle de Zartosht, en el centro de Teherán.

Los iraníes siguen con prudencia la evolución de las protestas de los últimos días. Son muchos los que no están contentos con la situación del país, pero pesa el recuerdo de los conflictos internos de Siria y el vecino Irak.

El Ministerio de Inteligencia advirtió el lunes que “las concentraciones de los últimos días que buscaban expresar algunas de las exigencias, han dado la oportunidad a la presencia de algunos elementos sospechosos y violentos para provocar agitaciones y revuelos que han causado daños humanos y materiales”.

Y añadió: “Algunos de los agitadores y los instigadores han sido reconocidos y detenidos”. Al mismo tiempo, algunos usuarios de redes sociales afirman haber recibido mensajes de oficinas provinciales de los servicios secretos, en los que se les advierte contra la participación en las manifestaciones.

En muchas ciudades de Irán hubo también protestas en apoyo del sistema islámico y de repudio a los actos de protesta, que se achacan a “agentes extranjeros”, “enemigos del islam” e “ignorantes”. Pero la intensidad y extensión de las manifestaciones son una señal inequívoca de que las políticas del sistema para unificar y acercar a los diferentes sectores sociales han fallado, y constatan la polarización de la sociedad iraní.

Las reacciones en el mundo no se han hecho esperar: Francia expresó su preocupación por el “número importante de víctimas y arrestos” que han dejado las protestas antigubernamentales, si bien por ahora la visita al país de su ministro de Exteriores, Jean-Ives Le Drian, prevista para el viernes parece mantenerse en la agenda. Le Drian ha subrayado que “el derecho a manifestarse libremente es un derecho fundamental”.

Turquía llamó a las autoridades iraníes a evitar toda provocación y violencia e instó al resto del mundo a no intervenir en la situación. “Creemos que el presidente Rohaní debe evitar la violencia y las provocaciones; debe tener en cuenta que las personas tienen derecho a manifestarse pacíficamente”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado.

La primera ministra británica, Theresa May, pidió a las autoridades de Irán abrir un debate sobre las reivindicaciones de los manifestantes. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, denunció vía Twitter al “régimen brutal y corrupto” contra el que luchan los manifestantes.

Las protestas comenzaron el jueves por la noche en respuesta a la débil economía, la corrupción rampante y el aumento de precios de alimentos y combustible; pero también hay enojo, según expertos, porque los iraníes esperaban que la vida mejorara con el retiro de las sanciones tras un acuerdo internacional sobre su programa nuclear.

El acuerdo fue logrado hace poco por Irán con el P5+1, que es el grupo formado por los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania.

(Con información de El País y CNN)

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