Al menos 40 personas muertas, entre ellas 11 niños y 9 periodistas, es el saldo fatal de un doble atentado terrorista en Kabul y otro en Kandahar; los reporteros ya cubrían los pormenores del primer ataque en la capital, cuando un suicida (haciéndose pasar por fotógrafo) se hizo explotar in situ. El ISIS ha asumido la autoría de sendos ataques.
"The bomber disguised himself as a journalist and detonated himself among the crowd."
AFP chief photographer Shah Marai and three other journalists were among 21 killed in two suicide blasts in Kabul.
AFP’s latest on the unfolding situation in Kabul: https://t.co/CB4G0EzJdi pic.twitter.com/ViUAD1EE1c— AFP News Agency (@AFP) April 30, 2018
Estas nuevas acciones del grupo terrorista ISIS tiene lugar apenas una semana después del atentado que causó 60 muertos ante un centro de inscripción electoral, también en la capital afgana, lo que pone en entredicho las promesas oficiales de reforzar la seguridad, así como la nueva política de Trump bajo cuyo mandato EU ha incrementado bombardeos aéreos sobre insurgentes talibanes y el Estado Islámico (ISIS).
El Estado Islámico en la Provincia de Jorasán, nombre de la organización local de ISIS, se atribuyó enseguida el doble atentado de Kabul: Su objetivo, dijo en un comunicado, eran “los apóstatas de las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación”.
La primera explosión se produjo hacia las ocho de la mañana hora local (cerca de la 17:00 horas del centro de México) cuando un suicida en moto detonó sus explosivos en el céntrico barrio de Shash Darak, según informó el jefe de la policía de Kabul, Daud Amin, citado por la cadena ToloTV.
Apenas 20 minutos más tarde se producía una segunda explosión en el mismo lugar, justo cuando los periodistas se habían congregado para cubrir el primer ataque. “Sabemos que un terrorista suicida se ha hecho pasar por un reportero. Ha mostrado su acreditación de prensa y se ha mezclado entre los periodistas antes de hacerse estallar”, declaró Najib Danish, portavoz del Ministerio de Interior, citado por Reuters.
Danish inicialmente dio la cifra de 21 muertos incluidos tres policías, pero dada la gravedad de algunos entre el medio centenar de heridos, el Ministerio de Sanidad elevó esa cifra a 29.
“La segunda explosión iba dirigida contra los periodistas”, ha denunciado Reporteros Sin Fronteras (RSF) en un comunicado en el que nombra a los nueve informadores muertos y los seis heridos de gravedad, todos afganos, aunque uno de los fallecidos, el fotógrafo Shah Marai, trabajaba para la agencia France Presse (AFP), y dos de los heridos lo hacían para Reuters y Al Jazeera.
“Ha sido el ataque más sangriento desde la caída del régimen talibán en 2001”, asegura la organización. Afganistán está considerado uno de los países más peligrosos para los periodistas; sólo el año pasado fueron asesinados al menos 20.
Unas horas después, con la capital afgana aún conmocionada por lo ocurrido, otro suicida en un coche bomba se lanzaba contra un convoy de la OTAN cerca del aeropuerto de Kandahar, al sur del país. Mató a 11 niños de una escuela religiosa aledaña que se habían acercado para divisar la caravana militar y dejó 16 heridos, entre ellos ocho soldados rumanos y dos policías afganos, según un portavoz provincial citado por AFP.
No hubo una reivindicación inmediata de ese ataque, pero Kandahar ha sido tradicionalmente un reducto talibán. La condena internacional contra los atentados ha sido unánime. “Causan un dolor indecible a las familias afganas”, señaló el representante de la ONU en Afganistán, Tadamichi Yamamoto, en un comunicado. “Me indigna además el ataque que parece haberse dirigido deliberadamente contra los periodistas”, añadió.
Sin embargo, 16 años después de que la intervención militar estadounidense derribara al régimen talibán, sus seguidores, que pasaron a la clandestinidad, continúan su lucha para echar a las tropas extranjeras y restaurar su gobierno islamista. La semana pasada anunciaron el inicio de su “ofensiva de primavera”, ignorando la propuesta de conversaciones de paz “sin precondiciones”, que el presidente Ashraf Ghani ofreció en febrero.
(Con información de El País)
aml