La carrera global por desarrollar una vacuna contra la covid-19, en la que China se mantiene a la cabeza, está cada vez más cerca de alcanzar la meta. Después de que las autoridades del país concedieran el lunes la primera patente para el proyecto que avanza más rápido, hoy se han conocido nuevos detalles sobre otra prometedora línea de investigación. La vacuna experimental en la que trabaja el Grupo Farmacéutico Nacional Chino (Sinopharm), podría estar lista para su comercialización antes de final de año, “probablemente en diciembre”, según ha asegurado su presidente general, Liu Jingzhen.
“[La vacuna] No será demasiado cara”, ha añadido el responsable, en declaraciones recogidas por el medio local Guangming Daily. “Esperamos que cueste unos pocos cientos de yuanes cada inyección, por lo que el tratamiento completo [que requiere de dos] debería ser menos de 1.000” (120 euros). Sin embargo, Liu no ha aclarado si el seguro de salud público cubrirá parte del coste del tratamiento o si este será incluido en el programa gratuito de vacunación estatal. “No toda la población de China tendrá que vacunarse”, ha aclarado, estableciendo que los estudiantes y los trabajadores de las grandes ciudades tendrán prioridad.
El proyecto de Sinopharm, desarrollado junto al Instituto de Virología de Wuhan y el Instituto de Productos Biológicos de la misma ciudad –filial de la empresa China National Biotec Group Company– ha concluido ya las dos primeras fases de ensayos clínicos. El mismo lunes anunció haber registrado de momento datos positivos, los cuales fueron recogidos en la publicación The Journal of the American Medical Association.
En un comunicado compartido con el tabloide oficial Global Times, la institución informó que los 1.120 voluntarios que recibieron la vacuna en la primera y segunda fase de ensayos generaron anticuerpos contra la covid-19 tras dos dosis. “La vacuna ha demostrado ser efectiva y segura”, sentenciaba el texto. Los resultados reflejan que indujo eficazmente anticuerpos neutralizantes y demostró una buena inmunogenicidad –es decir, la capacidad de una sustancia para desencadenar una respuesta inmune–. El trabajo de investigación también evaluó la seguridad del compuesto y concluyó que no se observaron reacciones adversas graves. Las más comunes se limitaron a dolor en el lugar de la inyección seguidos de fiebre, ambos leves.
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