“Winter is coming” o “El invierno está llegando”. Esta ha sido una frase repetida entre los fanáticos de “Juego de Tronos”. Y en ella se les recuerda la amenaza de un norte congelado desde que comenzó la exitosa serie de televisión en 2011.
Ese fue el punto central de los libros que inspiró la serie de televisión: “Una canción de hielo y fuego”, una lucha titánica entre los vivos y los muertos, la luz y la oscuridad.
*Advertencia: este artículo contiene “spoilers” sobre la temporada 8 de “Juego de Tronos”.
Ese momento llega por fin en el episodio 3 de la última temporada, en la forma de una épica batalla con el mal encarnado en el Rey de la Noche y su ejército de Caminantes Blancos (White Walkers).
Y resultó ser… bueno, no tan malo en realidad.
Pudo ser capaz de levantar a los muertos, convertir a un dragón que escupe fuego para que pueda correr sobre hielo y derribar una pared de 200 metros de altura que había existido durante milenios, pero no pudo superar las habilidades con la daga de una única (aunque muy bien entrenada) persona.
Y a la temporada aún le quedan tres episodios.
Al mostrar demasiado pronto la batalla clave entre el bien y el mal y matar al villano principal a un precio tan bajo, ¿puede ser que los dos hombres detrás del proyecto, David Benioff y D. B. Weiss, arruinaran el final de una de las series más vistas de la historia de la televisión?
El hielo se encuentra con el fuego y se derrite
El último episodio, titulado “La larga noche”, muestra a las asediadas fuerzas de la humanidad enfrentarse a la extinción cuando están rodeadas en su castillo por las fuerzas mágicas del Rey de la Noche.
Justo cuando parecía que todo estaba perdido, aparece de la penumbra la heroína Arya Stark para asesinar al Rey, que se había convertido en la mayor amenaza desde la cuarta temporada.
El golpe mortal de Arya nos robó a un personaje principal. Y para muchos fanáticos, eliminó toda la razón de ser de la serie de televisión y de los libros: la lucha catastrófica entre el hielo y el fuego.
Ni siquiera pudimos ver al Rey de la Noche desenfundar su temible arma, una espada atada a su espalda.
¿Por qué es esto tan sorprendente?
“Juego de Tronos” es famosa por matar a sus personajes principales. Al final de la primera temporada, nuestro héroe, el parangón de la virtud (y fatalmente estúpido) Ned Stark, fue ejecutado por un verdugo.
Pero el Rey de la Noche era el mejor malo. Nos habían enseñado a tenerle miedo y a temer la llegada del largo invierno que él representaba.
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