Son quizá las dos voces más poderosas de las que dieron inicio al movimiento #MeToo. Las dos denunciaron los abusos sexuales del productor Harvey Weinstein a finales del año pasado. Este lunes, más de una semana después de que la actriz y activista Asia Argento fuera acusada de haber abusado sexualmente de un menor, la actriz y activista Rose McGowan reveló sus sentimientos al respecto. Y contó más. Por ejemplo, que fue su pareja sentimental quien filtró unos mensajes de texto de Argento que dañaron gravemente su credibilidad ante la opinión pública.
El pasado 20 de agosto, The New York Times reveló que poco después de denunciar públicamente el comportamiento criminal de Weinstein, un actor llamado Jimmy Bennet exigió a Asia Argento una compensación económica por haberle asaltado sexualmente, según él, en una habitación de hotel. Él tenía 17 años, lo que supone abuso de menores. Ella pagó por el silencio de Bennett. Argento confirmó que había pagado, pero negó en público que se hubiera acostado con Bennett.
Un día más tarde, se publicaron fotos de ambos en la camay mensajes de texto en los que supuestamente Argento le confirmaba a alguien que sí se había acostado con Bennett, aunque aseguraba que fue él quien inició la relación. La contradicción, en cualquier caso, hundía su credibilidad sobre el dato más importante.
En un comunicado enviado a los medios, McGowan dice que a raíz de esta revelación “todo cambió” en su amistad con Argento, a la que conoció ya como activista de #MeToo. Afirma que esos mensajes son entre Argento y la modelo andrógina Rain Dove, la pareja de McGowan. Dove le mostró los mensajes que contradecían la versión de Argento y además le dijo que, según ella, Bennett le estuvo mandando fotos desnudo desde que tenía 12 años (se habían conocido en una película cuando Bennett tenía 8 años). Argento, según esta versión, nunca le pidió que parara.
Tras esta conversación, asegura el comunicado, Rain Dove llevó el material a la policía. McGowan le animó a hacerlo. “Lo duro fue darme cuenta de golpe de que todo cuanto defendía el movimiento #MeToo estaba en riesgo”, dice McGowan. “Casi 48 horas después [de entregar el material a la policía], los mensajes estaban en la prensa”. Según McGowan, Argento había mencionado alguna vez que estaba siendo extorsionada, pero nadie supo hasta la semana pasada a quién se refería.
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