La soledad del corredor de fondo (1959) de Allan Sillitoe es un compilado de historias dramáticas situadas en los años cuarenta y cincuenta en la Inglaterra industrial. A través de la vida de Colin Smith, el protagonista del primer tercio del libro, Sillitoe, escritor con una biografía singular, nos va introduciendo en ese trágico submundo marcado por los Borstels (correccionales), el alcoholismo, la pobreza y el desamor.
El primero de los relatos es sin duda el más conmovedor y trata del rebelde Smith, un irreverente joven de clase obrera que por un pequeño robo en una panadería es internado en un Borstel, donde descubre su asombrosa habilidad para el atletismo. Mientras Smith corre es capaz de desconectar del mundo y dejar la mente en blanco, liberarse de ataduras, fundirse en la naturaleza; su soledad de corredor le hace reflexionar cómo nunca antes lo había hecho. Las carreras de fondo se convierten en su vía de escape en todos los aspectos, tanto para librarse de sus males como para intentar salir de la cárcel de jóvenes, ya que los policías y gobernadores, a los que Smith odia con toda su alma, muestran admiración por su capacidad para correr.
Luego de “la soledad del corredor del fondo”, en el libro aparecen un conjunto de historias menos relevantes como la del gran Ernest y su relación dos niñas a las que ayuda, la del cuadro de la barca de pesca y la del militar Jim Scaferdale. Todas ellas comparten una idea principal: el rechazo a integrarse en la sociedad.
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