Se llama Centinela y es la estrategia del gobierno mexicano para vigilar el comportamiento de la pandemia de coronavirus en su territorio.
Se trata de un programa de vigilancia epidemiológica y se utiliza en varios países para monitorear enfermedades como la influenza estacional, pero en México se ha vuelto el centro de una intensa controversia.
Se debe a que la Secretaría de Salud decidió utilizarla en lugar de aplicar pruebas masivas en la población para detectar contagios.
Es un sistema que utiliza un método similar al de las encuestas, que permite estimar el sitio y la cantidad de personas con posibilidades de contraer el virus.
Con esta metodología se obtienen datos más precisos y en un menor plazo que al llevar a cabo millones de pruebasentre la ciudadanía, explica el el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell.
De hecho, añade, el sistema estima que los potenciales contagiados son ocho veces más que los casos que han sido confirmados oficialmente.
Dudas
Pero no todos le ven bondades a este modelo, y advierten que centrarse en él puede ser riesgoso, especialmente cuando el país se acerca la fase tres de la pandemia, es decir, a un período en el que aumentan los contagios.
“El centinela no está diseñado para una situación epidémica”, le dice a BBC Mundo Alejandro Macías Hernández, quien encabezó la Comisión Nacional para la Atención de la Influenza en 2009, cuando México afrontó el AH1N1.
“No es un sistema que esté probado para una epidemia y menos (para) una como la de coronavirus”.
Lo más conveniente, subraya, es hacer más test, como lo recomienda la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“Existe una necesidad urgente de que los países aceleren y amplíen las pruebas para una comprensión más precisa de la pandemia“, insiste la directora del organismo, Carissa Ettienne.
En vista de ello, BBC Mundo solicitó a la OPS su opinión sobre el uso del programa Centinela en México, en lugar de hacer más pruebas, pero no obtuvo respuesta.
No más pruebas
Pese a la controversia, las autoridades de salud mexicanas mantienen su estrategia.
La razón, explica el subsecretario López-Gatell, es que el método de revisar a miles de personas no es totalmente útil.
“Seguiremos utilizando el modelo Centinela” insiste. “Las llamadas pruebas rápidas o tiras reactivas que se basan en la detección de anticuerpos no tienen validez y no tienen recomendación en México”.
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