Wonder Woman llegó para salvar al mundo en la ficción y la taquilla en la vida real. ‘Wonder Woman 1984‘, la secuela dirigida por Patty Jenkins, aterrizó en la cartelera para teñir las navidades de heroísmo y esperanza con una nueva aventura que trae de vuelta a Gal Gadot como la Mujer Maravilla y Chris Pine como Steve Trevor. Además, incorpora al reparto a dos villanos de excepción: Kristen Wiig como Cheetah y Pedro Pascal como Max Lord.
La historia de esta película nos sitúa en los años 80, una época en la que Diana Prince (Gadot) sigue curando sus heridas (emocionales) que carga desde la Primera Guerra Mundial mientras trabaja en un museo de Washington. Allí va a parar una misteriosa gema que, según se dice, puede hacer realidad cualquier deseo. Y ese será el origen de los desastrosos acontecimientos que vivirá la protagonista, y que pondrán al mundo al borde de la autodestrucción.
Pero antes de que todo esto ocurra, en la primera escena del filme, Jenkins nos muestra algo importante en Themyscira: la armadura dorada con forma de águila que una vez perteneció a la legendaria guerrera Asteria, que se quedó atrás para luchar contra los ejércitos de los hombres para que sus hermanas pudieran escapar. Y esto será importante para cuando lleguemos al final.
[A partir de aquí comentamos spoilers del final de ‘Wonder Woman 1984’]
En cierto punto de la historia, Diana menciona que ha intentado encontrar a Asteria desde que habita en la Tierra, porque hay historias que dicen que no murió en aquella batalla histórica y que acabó viviendo entre humanos, pero nunca ha logrado encontrarla. Y no es hasta la escena poscréditos que comprobamos que los rumores eran ciertos: sí, Asteria sigue viva y reside en la Tierra.
Pero lo realmente sorprendente del momento tiene que ver con la actriz que la interpreta: ¡es Lynda Carter! En efecto, la ex Mujer Maravilla encarna a Asteria en ‘Wonder Woman 1984’, aunque seguro que más de uno ya se había dado cuenta mucho antes. Cuando se relata su leyenda, la película nos ofrece un flashback en el que podemos ver a la guerrera resistiendo entre soldados, aunque todo lo que nos muestra de ella es su mirada. Y a muchos no les habrá hecho falta nada más: los ojos de Carter son tan preciosos como icónicos, y altamente reconocibles.
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