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Pocas cosas han cambiado en la isla desde que se ‘firmara’ el deshielo entre Estados Unidos y Cuba. La represión es uno de los aspectos que continúa haciendo mella entre la población, además de ser una de las principales razones para marcharse. A lo que hay que añadir que la elección de Donald Trump hace un año como presidente de Estados Unidos ha minado aún más las esperanzas de cambio.

En 2016, en pleno deshielo, se alcanzó el récord de detenciones de opositores. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) documentó 9.351 detenciones. Mil arrestos más que en 2015. Y la tendencia parece continuar: entre enero y octubre de este año se han producido 4.359 detenciones, según las cifras del mismo organismo.

La represión en la isla suele manifestarse contra las expresiones críticas con el Gobierno de Raúl Castro, especialmente cuando se intenta hacer oposición política, pero también se utiliza el trabajo como ‘arma’ contra aquellos comentarios ‘inapropiados’ para el régimen cubano. Así lo revela el informe publicado hoy por Amnistía Internacional: ‘Es una prisión mental’. Un documento que denuncia, con testimonios de más de 60 migrantes cubanos afincados en México -ya que la organización no tiene permiso para realizar una visita oficial a la isla-, que los trabajadores sufren acoso o incluso son despedidos si cuestionan la vida en el país.

“Muchas personas en Cuba se sienten asfixiadas por unos mecanismos de control estatal sobre su vida cotidiana. Parte de ese control es: si quieres mantener un empleo, tienes que estar de acuerdo con todo lo que diga el Gobierno”, manifiesta Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional, a través de un comunicado.

Para uno mantener un empleo en Cuba, tienes que estar callado y aguantar lo que ellos [el Gobierno] dicen. Si no, te botan [despiden] inmediatamente y ya no trabajas más en Cuba”, explica un pescador de 46 años de edad, entrevistado por Amnistía en Tapachula (México).

En Cuba no sólo existe un partido único, también el Estado es el principal empleador. “Aproximadamente el 72% de la mano de obra está empleada en el sector público o ‘sector estatal’, como lo denominan a menudo en Cuba”, recuerda el dossier ‘Es una prisión mental’. De tal manera que el Gobierno controla casi por completo el trabajo, a pesar de que Raúl Castro intentó dar un impulso económico al país con la creación de un mayor sector privado y cuentapropista [lo que conocemos como autónomos]. Un ‘sector privado’ que se limita a trabajadores semicualificados o no cualificados.

Más información: http://bit.ly/2yMGmxN

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