El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el pasado fin de semana que cerrará su fundación benéfica, según él, para evitar conflictos de interés con su presidencia.
Esto, a pesar que el magnate inmobiliario declaró hace algunas semanas que cederá la gestión de su negocios a sus hijos, quienes evitarán firmar nuevos contratos durante el mandato de su padre (aunque no ha revelado como lo harán).
En tanto, la oficina de la fiscalía neoyorquina dijo en un comunicado que el nuevo mandatario no podrá cerrar su institución privada de momento: "La fundación Trump está siendo investigada por esta oficina y no puede ser disuelta legalmente hasta que la investigación haya terminado", explicó la portavoz de Schneiderman, Amy Spitalnick.
Y es que la fundación ha generado controversia (desde antes de que el magnate resultara electo) por no darse a conocer las finanzas del lugar. Por ejemplo, cuánto dinero donan al lugar y qué lo invierten, por lo que está siendo investigada por presunto uso indebido de los fondos.
Es de resaltar que el empresario lleva meses prometiendo que hará público su declaración de impuestos pero llegado el supuesto momento no lo hace. Así como canceló una rueda de prensa prevista para el 15 de diciembre, donde detallaría la transición de sus negocios a sus hijos.
Por su parte, los críticos del ahora presidente afirman que es casi imposible que no se den conflictos de interés, a menos de que se desentienda completamente de sus empresas.
(Con información de El Mundo)
cdr