En la percepción y en el estado de ánimo de la opinión pública, son muchas las dificultades y los problemas que hoy día se padecen en nuestra sociedad. No obstante, con excepción de la inseguridad, la realidad es que la situación ahora es menos adversa a la del pasado. Además, de una mejora en las condiciones de vida, ahora tenemos más libertades, información y participación. El problema es perdernos en la circunstancia por carecer de perspectiva. Por eso en las condiciones actuales, con todo y que no se valoren los cambios, la exigencia y la crítica son necesarias; el problema está en quedarnos en ello, y perder sentido de lo que se ha hecho bien, porque se ha vuelto socialmente cómodo o rentable asumir una postura crítica, irreductible e intransigente.
El país no se entiende sin crítica. Hemos perdido demasiado, en muchos sentidos, por la complacencia y la falta de ejercicio reflexivo y autocrítico. Pero debe quedar claro que una sociedad incapaz de reconocer lo que está bien hecho cancela su potencial para mejorar.
En un entorno singular, un evento anual de una reconocida y acreditada organización civil abocada a mejorar la seguridad, el Presidente de la República se refirió a la incapacidad de ciertos sectores de la sociedad para identificar logros, méritos y avances. Las expresiones presidenciales abrieron una polémica, particularmente por quienes se sintieron incómodos al asumirse aludidos en las expresiones del primer mandatario.
Es justo el reclamo por la seguridad, pero también es necesario no restringirse en esto, es útil y conveniente proponer soluciones como bien lo ha hecho Causa en Común, la organización convocante del evento. Sin embargo, también es indispensable reconocer el mérito, sobre todo, de aquellos que exponen su vida para ganar terreno al crimen; hay muchos que cumplen con responsabilidad y lealtad y, por lo mismo, deben ser también reconocidos y motivados en su tarea.
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