La de 2024 será la elección de Estado más grosera en un siglo, y si la ganan Andrés Manuel López Obrador y Morena, consolidarán su clientelismo, su corrupción y su manipulación, advirtió Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente del Frente Cívico Nacional (FCN), quien invita a la unidad para enfrentarlos.
En una conversación con Marco Levario, director de etcétera, el veterano político de izquierda revisó la actualidad política y su proyección hacia la siguiente elección federal, que será crucial para el futuro de la democracia y las libertades en el país.
Acerca de la revocación como un anuncio de lo que viene en política, Acosta Naranjo explicó que “la verdadera batalla va a ser en el 2024, y López Obrador va a ser coordinador de campaña de Claudia. Entonces él quiere saber quién responde y quién no. Ya miró que le responde el sureste, Tabasco, Campeche, Chiapas, Oaxaca, donde el voto verde antiguo del PRI es el que ahora usa Morena. Ya no tiene votos en las grandes urbes, tienen el voto del clientelismo”.
Sin embargo, dijo, el oficialismo tiene sus mapaches y quiere empequeñecer al Instituto Nacional Electoral (INE), por lo que se debe emprender un ejercicio ciudadano de vigilancia electoral “para evitar que se usen los recursos públicos, como lo hacíamos antes”.
Entonces Acosta Naranjo lanzó su contundente advertencia hacia 2024: “Vamos a vivir la elección de Estado más grosera de la historia de los últimos 100 años en México. El presidente no admite que la ley y la Constitución lo normen porque para él no cuentan; para él cuenta la justicia, dice, y la justicia es lo que él dicta. Así exonera a Pío, a Scherer, pero que castiga a Rosario y que persigue a Anaya. Es una justicia selectiva para usos personales. Tiene 22 millones de personas inscritas en el padrón de programas sociales, y solamente pudo llevar a 15 millones, y muchos otros eran funcionarios y ciudadanos. Seguramente logró movilizar a un tercio de los 22 millones, pero va a intentar apretar a los que no fueron para la elección de 2024”.
En este momento López Obrador tiene, señaló Acosta Naranjo, “a 18 gobernadores, y tendrá más de 20 en 2024; tiene a la mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado”. Pero no termina allí: “En el cuarto de junto tiene a Azcárraga y a Salinas Pliego (dice que los medios de comunicación lo atacan; no tiene vergüenza porque tiene al duopolio televisivo, del 97 por ciento de la televisión libre y por cable), y tiene al hombre más rico del mundo en el otro cuarto, y en otro tiene al hotelero más rico del país (que, además, emplea a su hijo), y a los Hank González”.
Pero el presidente tiene dos elementos nuevos: al Ejército, al que le ha dado varios negocios, y a los narcos.
Sobre estos últimos, el dirigente comentó: “Cada vez que les dice: ‘Se portaron bien en la elección’, “yo soy de abrazos, no balazos”, a las abuelitas que saquen la chancla, les está diciendo ‘yo los estoy protegiendo’. Y si un candidato de oposición dice ‘yo voy a recuperar el Estado de derecho, a recuperar grandes franjas del territorio nacional que están siendo gobernadas por los narcotraficantes’, ¿a dónde van a ir los narcos? Con él. Él les está ofreciendo impunidad en cadena nacional”.
Frente a ello, a Acosta Naranjo le parece necesaria la unidad de los opositores: “No puede salir alguien que diga ‘yo solito puedo’, ‘es que nosotros somos la tercera vía’. ¡por favor! ¿Qué no están viendo el fenómeno político que estamos viviendo en México con un personaje de esta naturaleza?”.
Pero la unidad no es suficiente, remarcó, sino que también se requiere de la acción de la sociedad civil y de un programa alternativo que permita a la oposición ser superior en políticas públicas y para legitimar al candidato común.
La idea de la unidad es más exitosa entre ciudadanos, explicó, por lo que ellos deben inundar a los partidos para exigir que les escuchen. Al respecto, también manifestó que la actitud de la oposición frente a la reforma energética le da gusto, y elogió la actitud del presidente nacional del PRI, que llegó con sus legisladores a dormir en la Cámara de Diputados para votar en contra, y que luego también lo hicieron el PAN y el PRD, y que incluso Movimiento Ciudadano, que es renuente, se una en esta ocasión.
Otro aspecto importante es también la presión internacional ante la situación en México: lo que señaló la ONU sobre desapariciones en México, lo que sucedió con el Parlamento Europeo y en el Congreso de Estados Unidos. Pro no debe quedar allí, estimó: “También debe ser una acción nuestra: vamos a tener que jugar con aliados que pongan atención con el ejercicio de la democracia y de las libertades en México. No pedimos que vengan a resolver por nosotros, sino que estén vigilantes y usando los mecanismos de cooperación internacional que tenemos suscritos con aprobación del Senado mexicano”.
Acerca de la relevancia de la elección de 2024 comentó que no hay que dejar a López Obrador y a Morena continuar más allá del actual periodo, porque de otra forma van a consolidar sus redes de clientelismo, de corrupción, de manipulación y de coartar las libertades de los mexicanos.
“Es en el 24, no es después, cuando tenemos que salir todos unidos. Este es un momento de emergencia. Ya después nos volvemos a pelear, pero ahora se trata de la defensa de la república, de la democracia y de las libertades lo que está en juego”, concluyó.