Para aprovechar el tema de los cinco desaparecidos en Lagos de Moreno y en completa sintonía con el poder político al que sirve, Álvaro Delgado inculpó de lo ocurrido al expresidente Felipe Calderón con datos muy pobres con los que pretende acusarlo del “infierno” en esa región.
En su cuenta de X/Twitter Delgado escribió: “El infierno en Lagos de Moreno inició con @FelipeCalderon: Con él se instaló la violencia, dicen datos. Y allí sigue”. Y puso el vínculo a un artículo suyo en Sin Embargo casi con el mismo título.
Se trata de un artículo en el que el dato central para acusar al expresidente es la declaración de un académico del Centro Universitario de Lagos que dice que con Calderón inició la violencia en ese municipio. De allí en fuera, con lo que Delgado pretende sostener su acusación son la detención de un subdirector de la Policía municipal en 2009, la declaración de un director de Policía sobre la entrada de los Zetas al municipio, los asesinatos de un subdirector de Policía en 2011 y de una estudiante, y la solicitud de una diputada panista a Enrique Peña Nieto por mayor seguridad hecha en 2013 (sobre este último asunto cabe señalar que Delgado recordó que en 2006 las autoridades del municipio, del estado y de la Federación eran panistas; sin embargo, curiosamente no repara en que en 2013, cuando la legisladora panista hizo la solicitud, los titulares de los tres niveles de gobierno ya eran priistas.)
Pero Delgado nunca dice cómo la militarizada política de seguridad de Calderón habría aumentado la violencia en Lagos de Moreno, si en la región hubo fuerzas de seguridad desplegadas, operativos, detenciones, enfrentamientos, etc. Tampoco aporta datos sobre la incidencia delictiva en los años anteriores al inicio de su gobierno ni los que se registraron durante su mandato, con los que podría hacerse una comparación que nos permita observar el inicio de lo que llama “infierno”. El director de Investigación de Sin Embargo se limita a hacer una mezcolanza de declaraciones y de referencias a asesinatos (de sólo dos crímenes: ni una sola cifra más sobre los perpetrados en la región durante el sexenio de Calderón) en ese municipio para inculpar del “infierno” al entonces presidente.
Así, el “infierno” de Calderón en Lagos de Moreno, la “instalación de la violencia” que construye Delgado son una detención, dos declaraciones y dos asesinatos. Nada más: esos son sus datos. Después refiere otros casos, pero ya fuera del sexenio calderonista.
Lo que se hubiera esperado de un trabajo serio es que el periodista proporcionara, por ejemplo, cifras de los asesinatos y desaparecidos en Lagos de Moreno antes del gobierno de Calderón, así como las resultantes de su gestión para confrontarlas y apreciar claramente el “infierno” que inició con él. El director de Investigación de Sin Embargo no lo hizo y, sin embargo, con su desfachatez acostumbrada, en su tuit y en el título de su nota todavía se atrevió a escribir “dicen datos”.
Si Delgado no hizo ese trabajo tan básico, mucho menos intenta darle sustento, como no sea con una declaración, a la burda vinculación que hace de Calderón con el caso de los cinco jóvenes desaparecidos la semana pasada en Lagos de Moreno (al contrario de Calderón, en su texto apenas hay una leve mención a Andrés Manuel López Obrador). Hacer ese tipo de acusaciones sin mayor información es el encargo que tienen los comunicadores oficialistas.
