lunes 08 julio 2024

Cuando AMLO le creía a la DEA y a la hija del Chapo, y atacaba a Cienfuegos…

por etcétera
lopezobrador.org.mx

En su mañanera el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó a la DEA y defendió al general Salvador Cienfuegos en ocasión del reportaje sobre el financiamiento del narco a su campaña de 2006. Pero hace unos años creyó a un exfuncionario de aquella agencia y a la hija del Chapo Guzmán sobre contribuciones del crimen organizado a la campaña de Enrique Peña Nieto e involucró al militar en la segunda fuga del narcotraficante.

En febrero de 2014 Phil Jordan, exdirector de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en El Paso, Texas, fue entrevistado por Univisión un par de días después de que el Chapo Guzmán fuera detenido en Sinaloa. En ella hizo duros señalamientos sobre el presunto patrocinio del narcotraficante a la campaña presidencial priista en 2012.

Entonces Jordan declaró: “Nunca pensé que con el PRI lo iban a arrestar, porque ‘el Chapo’ metió mucho dinero en la campaña de Peña Nieto. Me sorprendió cuando supe que lo arrestaron”.

Sobre ello el exagente especuló que “algo malo” debió haber ocurrido entre el entonces partido gobernante y el narcotraficante porque, afirmó, el Chapo “pagó millones de dólares para que no lo tocaran y millones de dólares para que lo dejaran salir la última vez. Tiene todo el dinero del mundo. Así que es una victoria para México que Nieto dejara que lo detuvieran”.

Además, Jordan dijo que las pruebas de su señalamiento estaban en documentos de inteligencia estadounidenses en los que constaba que el narcotraficante “siempre ha estado metido en política”. Pero, curiosamente, también dijo que había que darle crédito al gobierno mexicano por la detención del Chapo.

Tres semanas después, el 12 de marzo de 2014, López Obrador aprovechó las declaraciones de Jordan para golpear y les otorgó credibilidad: “La declaración del agente de la DEA, acerca de que el Chapo financió la campaña de EPN, no deben quedar en el olvido”.

Entonces, muy convenientemente, el tabasqueño creía en un agente de la DEA en una acusación de carácter electoral de la que nunca se presentaron más pruebas que su dicho. Sin embargo, casi ocho años después, de manera muy oportunista, descalifica un trabajo periodístico que en parte está sustentado en investigaciones de agentes de la DEA.

Este miércoles, en su conferencia de prensa, López Obrador se lanzó contra el gobierno estadounidense, el Departamento de Estado y sus agencias, destacadamente la DEA, de las que dijo que están “molestos” porque ya no pueden entrar en el país a hacer lo que quieran como durante el gobierno de Felipe Calderón.

Dijo que esas agencias tienen mucha influencia, “y el periodismo se presta a eso, ¿no? Investigadores, periodistas que cumplen las dos tareas: hacen periodismo y también informan, hacen trabajo sucio”.

Sin embargo, él si creyó en un agente de esa agencia en 2014 por la acusación de dinero del Chapo Guzmán (entonces el tabasqueño aún mencionaba su apodo, lo que dejó de hacer como presidente, cuando ha preferido llamarlo “señor”) en la campaña de Peña Nieto.

Otros que creyeron en esa versión del agente de la DEA estuvieron Jesús Ramírez Cuevas, ahora vocero de la Presidencia, en 2014, y Citlalli Hernández, secretaria general de Morena, en 2016, quienes reprodujeron en sus cuentas de Twitter la cabeza de una nota del medio morenista Regeneración (entonces dirigido por aquel) sobre el caso, que decía así: “‘El Chapo’ Guzmán financió campaña de Peña Nieto y PRI en 2012: ex director de la DEA”. Y colocaron el vínculo a la nota.

Ahora Ramírez Cuevas, en su cuenta de X, denuncia que tres medios hacen el señalamiento del financiamiento del narco a la campaña de López Obrador “como si fuera campaña de la DEA” y dice que no hay pruebas, en eco de un dicho del tabasqueño. Hace 10 años opinaba distinto sobre la acusación de un agente de la DEA ni pedía más pruebas.

Por su parte, la senadora morenista ahora se extraña e indigna que 18 años después la DEA difunda declaraciones de testigos protegidos sobre el asunto, lo que califica como “un muy burdo intento de intervencionismo” y, sin pruebas, dice que parece que hay un acuerdo entre los gringos y Xóchitl Gálvez por el que “seguramente a cambio de esto promete entregar los bienes de la nación” y que “quieren enlodar a nuestro presidente cuando su autoridad moral está probada”.

Pero López Obrador se apoyó en lo que pudo para atacar al gobierno de Peña Nieto: así, en marzo de 2016 utilizó las declaraciones que Rosa Isela Guzmán, hija del Chapo, hizo a The Guardian en el sentido de que con la recaptura de su padre funcionarios lo habrían traicionado porque no respetaron un acuerdo.

“Ahora que lo atrapan dicen que es un delincuente, un matón. Pero eso no decían cuando pedían dinero para sus campañas. ¡Son unos hipócritas!”, dijo Guzmán. Sin embargo, después se desdijo en otras entrevistas y dijo que la publicación del diario británico eran calumnias.

En aquel entonces el tabasqueño no pidió que se mostraran pruebas y se conformó con el dicho de la hija del Chapo, lo que calificó como “revelación muy fuerte” y enfatizó que se debía tomar muy en serio, por lo que exigió que se investigara a Peña Nieto por recibir dinero del narcotraficante en su campaña en 2012. Sin embargo, hasta ahora no hay evidencias de ello.

En su conferencia de prensa de este miércoles López Obrador también mostró su indignación por la aprehensión del general Salvador Cienfuegos: “Imagínense: un asunto de ese tamaño, de esas dimensiones, porque no estaban deteniendo a cualquier policía, cualquier ciudadano, un delincuente: estaban deteniendo al que unos meses antes era secretario de la Defensa del Gobierno de México”.

Sin embargo, tras la segunda fuga del Chapo Guzmán del penal del Altiplano en julio de 2015, López Obrador, de gira por Chiapas como presidente del Consejo Nacional de Morena, preguntó en un mitin: “¿Ustedes creen que el Chapo se fugó sin el apoyo del gobierno o con el apoyo del gobierno?”, y el coro fue a favor de la segunda opción.

Entonces el tabasqueño pidió la renuncia de los integrantes del gabinete de Seguridad del gobierno de Peña Nieto, entre los que incluyó a Cienfuegos como secretario de la Defensa. Pero ahora le escandaliza cualquier suspicacia respecto a ese destacado funcionario del último gobierno priista, al cual rescató de las garras del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

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