Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en defender su política de seguridad y minimiza la situación de los desplazados por la violencia en Chiapas, autoridades de Guatemala se movilizan para brindarles atención humanitaria y protección en su éxodo.
Cuestionado en su conferencia de prensa de este viernes, López Obrador hizo lo posible por restar importancia al éxodo de mexicanos que se han refugiado en Guatemala debido a la situación de violencia en sus comunidades en Chiapas, la que ya se ha extendido por varias semanas sin que haya una eficaz acción gubernamental al respecto.
Como acostumbra, el tabasqueño dijo que la situación “se está atendiendo”, en este caso la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), cuya titular le informó que se trataba de familias de Frontera Comalapa, en la frontera con Guatemala.
“Ha habido enfrentamientos últimamente en esa región, de dos grupos, y para refugiarse se cruzaron a Guatemala. Y están en albergues. Y le agradecemos mucho al gobierno de Guatemala porque los está ayudando. Y también están brigadistas nuestros apoyándolos”, dijo, sin mencionar cuáles acciones están desarrollando los gobiernos para aplacar ese conflicto.
Preguntado sobre si esos hechos que se están viviendo en Chiapas significan un fracaso de su política de seguridad, López Obrador reincidió en negarlo al alegar que “somos más de 130 millones de mexicanos”, que hay conflictos “como en todas partes” y que sólo se está hablando de 300 o 500 personas.
Por supuesto, el macuspano volvió a acusar que la oposición quiere hacer aparecer ello como si hubiera ingobernabilidad y predominara la violencia.
Sobre las acciones del gobierno para el regreso de los desplazados, López Obrador comentó que está ayudando la Guardia Nacional “a darles seguridad” (si así fuera, no se entendería que se hayan ido a Guatemala) y que hay apoyos en alimentos y atención médica.
Preguntado por una fecha para el regreso de los desplazados, López Obrador apenas atinó a manifestar su deseo que la situación “se resuelva pronto, pronto”, que se ha generado “desde hace algún tiempo, que es el enfrentamiento entre dos grupos que fuerzan a la población a apoyarlos, pero pues que él ha hecho “un llamado para que no se participe, que no se conviertan en base social de estos grupos de la delincuencia. Y vamos avanzando”.
Y volvió a lanzar su andanada contra Felipe Calderón sin dar una respuesta clara al problema de los desplazados de Chiapas.
Mientras López Obrador minimiza el problema, la situación de gravedad en una zona del país ha llegado a niveles insospechados, como que cientos de mexicanos deban huir a Guatemala, cuando tradicionalmente esto era exactamente al revés. Así, desde el miércoles Bernardo Arévalo, presidente guatemalteco, afirmó que en su país ya se les está dando atención a los mexicanos y que sus fuerzas de seguridad están llegando a la frontera para ayudar en tareas de resguardo y humanitarias.
El jueves Juan Francisco Méndez, concejal del municipio de Cuilco, en Guatemala, difundió un video con imágenes de los chiapanecos que están llegando a su comunidad: “Está llegando la gente; los viejecitos con qué necesidad, mira, están huyendo todos. Aquí necesitamos ayuda, señor alcalde, para ver por esta pobre gente que, mire, cómo están llegando; vienen todos de Chiapas, refugiándose acá. Pues les vamos a dar alojamiento; esperamos que usted nos pueda ayudar con alimentación, o alguna institución que pueda proporcionar víveres, por favorcito”.
Luego, en entrevista con Azucena Uresti para Radio Fórmula, Méndez afirmó que las personas que han llegado a refugiarse desde México son 800, y pidió ayuda internacional para mantenerlos y destacó que el gobierno mexicano no se había pronunciado al respecto.
Dijo que han recibido insumos de guatemaltecos y de su gobierno para atender a los mexicanos, desde toallas sanitarios y ropa hasta alimentos, pero no mencionó al gobierno mexicano.
Por su parte, el Gobierno de Guatemala informó que desde el pasado lunes fueron activados los protocolos de atención y respuesta a este tipo de situaciones. El jueves Arévalo indicó que son unas 249 personas las que han llegado a su país huyendo de la violencia de los grupos del crimen organizado que se diputan el territorio de Chiapas, y que su gobierno ya ha brindado asistencia humanitaria a los desplazados que han llegado al departamento de Huehuetenango.
El mandatario aclaró que los mexicanos, en grupos que incluyen a menores de edad y ancianos, ingresaron en territorio guatemalteco por el municipio de Cuilco para buscar refugio.
Asimismo, insistió que su gobierno aumentará la presencia del Ejército guatemalteco en los límites entre los dos países, para proteger a los desplazados y dar el debido resguardo a la zona fronteriza. Así, su Ministerio de Defensa ya ha desplegado a un centenar de miembros de sus cuerpos de seguridad, entre los que se incluyen la Policía Militar y los Kaibiles, además de que 40 policías locales han incrementado sus labores en la zona.
Además, se establecerá un Centro de Operaciones de Emergencia Municipal, que se encargará del acopio y distribución de víveres, mientras que el Ministerio de Salud ya ofrece atención médica y productos para mantener las condiciones de higiene, como jabón, cloro, gel antibacterial y bolsas de basura.
En los comunicados del Gobierno de Guatemala no se menciona la intervención de su similar de México en la atención efectiva y con recursos a los desplazados chiapanecos.
Sin embargo, la SRE publicó este viernes un comunicado en el que dice que, mediante la Embajada de México en Guatemala y del consulado en Quetzaltenango está dando apoyo y asistencia a los mexicanos que están en el Departamento de Huehuetenango y dándoles protección, sin especificar en qué consisten y si ya han hecho llegar recursos e insumos para atender a los desplazados (la dependencia no usa esta palabra).
Mientras una parte de la población mexicana es azotada por la violencia y arrancada de su territorio, no hay pronunciamiento al respecto de la dependencia encargada de la política interior mexicana, la Secretaría de Gobernación, cuya titular, Luisa María Alcalde, está muy ocupada en defender a capa y espada la sobrerrepresentación legislativa de su partido.