A un día de realizar un gran evento gubernamental para pedir perdón a la Comunidad China de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue orillado a pedir un forzado perdón a las víctimas de la tragedia del 3 de mayo, en la Línea 12 del Metro.
Durante su conferencia de este 18 de mayo, fue interrogado por una reportera sobre el perdón pedido a los chinos y sus descendientes en México, por la matanza ocurrida en Torreón en 1911 y la deportación masiva realizada durante el gobierno de Plutarco Elías Calles.
“Presidente, con todo respeto, usted ayer ofreció perdón al pueblo chino. ¿Cuándo pedirle perdón a las víctimas de la Línea 12?”.
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De manera forzada por las circunstancias, AMLO se vio obligado a hacerlo.
“Yo les pido perdón y además, todos los días y lamento mucho estas desgracias y no como autoridad sino como persona. Yo deseo que nadie sufra, esa es mu convicción, deseo que nadie pierda la vida, creo que los más sublime, lo más importante de todo es la vida, sea quien sea la persona y pierda la vida en las circunstancias que sean, merecen respeto y sus familiares, pues merecen todo el afecto, todo el cariño, todo nuestro humanismo”, dijo.
Sin embargo, no anunció ninguna medida para castigar a los responsables, ni tampoco ha encabezado un acto oficial ni se ha apersonado en los hospitales o los hogares de las víctimas. Lo único que hizo fue decretar tres días de duelo nacional, al tiempo que en sus conferencias de prensa manifestaba todo su respaldo a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
En contraste, en la petición de perdón hacia el pueblo chino, orquestó un evento de alto nivel que contó con la presencia del embajador chino en México, Zhu Qingqiao, de representantes de las comunidades chinas más relevantes del país, con producción de mamparas, conferencias, develación de un memorial, eventos virtuales con respetados sinólogos y más.
La diferencia que otorga el presidente a ambas situaciones es motivada por la cercanía que su gobierno quiere tener con China, principal rival económico de Estados Unidos.
Si bien es cierto que la matanza de chinos en 1911 y la deportación masiva de familias completas ocurrida durante el periodo conocido como el Maximato es una deuda histórica, el presidente hace uso político de la misma, al pedir perdón a los chinos y sus descendientes por actos cometidos por administraciones pasadas.
En cambio, sobre los hechos sobre los que es responsable se muestra omiso. Se recordará que cuando se le preguntó por qué no había acudido personalmente al lugar del siniestro, en la estación Olivos, en Tláhuac, montó en cólera. Dijo que eso de irse a “tomar la foto” era “hipócrita”, y que “al carajo” con tales actos.
No obstante, en el evento del 17 de mayo, se dijo muy dolido por la muerte de 303 chinos ocurrida en 1911, en la ciudad de Torreón e hizo un llamado a que nunca más haya en México xenofobia ni discriminación.
