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jueves 12 diciembre 2024

AMLO acusó al Financial Times de falta de ética, pero ahora lo presume

por etcétera

El presidente Andrés Manuel López Obrador presume la popularidad que le reconoce el Financial Times, un medio muy crítico al que ha acusado de falta de ética y de credibilidad, de apoyo al neoliberalismo y de silencio ante la corrupción. Hasta le ha pedido disculpas para el pueblo de México.

Este miércoles López Obrador, en su conferencia de prensa, presumió una “buena noticia”: que el Financial Times “ya reconoce que, pobremente, estamos en segundo lugar. Tenemos medalla de plata, el Gobierno de México. Nada más nos está ganando el presidente de la India”.

Y mostró la nota del Financial Times que lo ubica en segundo lugar en popularidad entre mandatarios del mundo, la cual pidió que la proyectaran en grande, “grandototote”: “Esto es para el archivo de vanidades”. Y, muy convenientemente, ahora no tuvo otros datos.

Sin embargo, en varias ocasiones y ante sus críticas, el presidente ha pedido al Financial Times que se disculpe con el pueblo mexicano, lo ha acusado de falta de ética, de apoyar el neoliberalismo y callar ante la corrupción, lo ha situado por debajo de Reforma y El Financiero y hasta ha presumido que no lo lee. Ahora López Obrador está feliz de que un medio al que le ha atribuido tan mala calaña ahora lo reconozca. Al contentillo, como siempre.

En diversas ocasiones el Financial Times ha criticado severamente a López Obrador y sus políticas, lo que ha caído mal en el gobierno y entre el oficialismo.

Así, por ejemplo, en agosto pasado el diario británico le dedicó a López Obrador un editorial sobre la consulta sobre el juicio a expresidentes, titulado “La búsqueda peligrosamente selectiva de justicia en México”, en el que señaló que ese ejercicio mostró “el gusto del presidente por los espectáculos enmascara un desprecio por las instituciones y el Estado de derecho”.

Añadió que López Obrador utilizó la consulta para movilizar a sus seguidores y para mostrar que persigue a los enemigos de su gobierno. También recordó que la búsqueda de justicia de López Obrador “parece curiosamente selectiva”, lo cual ejemplificó los casos de Emilio Lozoya Austin, quien no ha comparecido ante los tribunales, y de Enrique Peña Nieto, contra quien no hay proceso judicial.

“López Obrador está derribando el presente para crear un futuro inspirado en el pasado” fue la tesis desarrollada por Jude Webber y Michael Stott en un reportaje publicado en marzo pasado en Financial Times, texto en el que, a partir de los casos del Tren Maya y de la Refinería de Dos Bocas, se señalaba que iba en contra de las tendencias actuales.

“El tiempo ha pasado para México, pero no para López Obrador”, escribieron los reporteros en aquella ocasión, quienes citaron una declaración del columnista Moisés Naim, quien dijo que el presidente mexicano es “el máximo exponente en América Latina de lo que yo llamo necrofilia ideológica” porque “está profundamente enamorado de las malas ideas”.

El 31 de marzo, en una conferencia de prensa, López Obrador se refirió a una crisis de credibilidad en los medios, entre los que incluyó al diario británico (en esa misma sesión alabó, por ejemplo, a Sanjuana Martínez, que para entonces mantenía —mantiene— cerrada la agencia Notimex por el conflicto con los trabajadores).

Ahora que se debate la contrarreforma eléctrica es oportuno recordar que en febrero pasado, en ocasión de que López Obrador había presentado una iniciativa para modificar la Ley de la Industria Eléctrica, el Financial Times le dedicó otro editorial muy crítico al mandatario. Allí señalaba que la política energética del gobierno mexicano “se contrapone a las tendencias mundiales sobre energías limpias”, además de que advertía que existe una “peligrosa adicción” hacia las energías fósiles y contaminantes, con la cual traiciona sus compromisos contra el cambio climático.

En enero del presente año, el Financial Times se fue contra la reacción económica del gobierno federal a propósito de la crisis generada por la Covid-19. Al respecto criticó que con el aumento del gasto público y la renuencia a ampliar su margen de deuda se ha limitado la recuperación del país. Acusó que ese fue un manejo conservador de la economía por el escaso apoyo dedicado al sector productivo.

El triunfo de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos no fue buena noticia para varios mandatarios del mundo, consideró el Financial Times, en noviembre del año pasado. Entre los perdedores con la victoria del demócrata ese diario colocó a López Obrador, al lado de personajes como Vladimir Putin, Jair Bolsonaro, Kin Jong Un, Viktor Orban y Recep Tayyop Erdogan, entre otros.

En ese reportaje se recordó que López Obrador, “presidente populista e izquierdista”, había cooperado con la política migratoria de Trump, que pretendía cambiar Biden. Además, citó la declaración de un político demócrata que consideró “una pasmosa falla diplomática” no haber felicitado entonces al candidato ganador.

Disculpas al pueblo de México

Casi un mes antes, en octubre, la publicación británica resaltó el atraso laboral de las mujeres mexicanas, fortalecido con políticas del actual gobierno como quitar recursos a las estancias infantiles.

También por esos días, el 5 de octubre, el diario dedicó un editorial especialmente severo a López Obrador, a quien calificó como “caudillo autoritario” que concentra cada vez mayor poder y que pide lealtad ciega a los funcionarios.

En el aspecto económico, el medio reportó resultados magros y señaló que México estaba perdiendo la oportunidad del tratado comercial con Estados Unidos y Canadá. Si el país no cambiaba de curso, “está en riesgo de caer en un pasado más pobres, más oscuro y más represivo”.

Esta dura crítica del Financial Times provocó la reacción de López Obrador, quien lo acusó de promover el modelo neoliberal, “que ha fracasado” en el mundo. Por ello, dijo que ese medio debería ofrecer disculpas al pueblo de México. Y dijo que medios como el británico, el New York Times, el Washington Post y el Wall Street Journal, “famosos pero sin ética”, no han hecho la autocrítica al respecto.

“Yo creo que hasta mejor el Reforma que el Financial Times, pero esa es otra cosa”, remató López Obrador.

En agosto de 2020 el medio británico publicó un artículo de Guillermo Ortiz Martínez y de Arminio Fraga, exfuncionarios de México y Brasil, respectivamente, en el que mostraban las similitudes de los gobiernos de López Obrador y Jair Bolsonaro en la atención a la pandemia.

De ese ejercicio los autores señalaban que ambos mandatarios habían despertado esperanzas de cambio positivo, pero que, “con la intención de dañar el entorno institucional de sus países para hacer avanzar las agendas políticas retrógradas, parecen bolas de demolición”.

En julio de 2020, sustentado en dos investigaciones de organizaciones independientes, el diario señaló el subregistro de muertos por Covid-19. Sobre la respuesta a de la pandemia en México, en abril advirtió que el país se encaminaba a una crisis peor.

El 15 de abril de 2020 el presidente de México se expresó muy despectivamente del medio que ahora presume. Cuestionado sobre un editorial del Financial Times, respondió: “Pues fíjese que no leo ni siquiera la editorial (sic) de El Universal o del Reforma, menos voy a leer la editorial (sic) de ese periódico”. Es lo que ahora López Obrador lleva a su “archivo de vanidades”

Otro reportaje muy duro sobre la supuesta lucha de López Obrador contra la corrupción fue uno de Jude Webber publicado en noviembre de 2019, en el que señaló la “guerra pública contra la corrupción para expulsar a sus oponentes mientras ignora el comportamiento cuestionable de sus aliados”. Y lo ejemplificó con los casos de Eduardo Medina Mora y Manuel Bartlett Díaz.

En julio de 2019 el medio europeo se ocupó de la renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y recomendó al mandatario mexicano a aceptar realidades desagradables, no confiar sólo en sus datos y que la salida del funcionario fue en un mal momento.

Entonces López Obrador le hizo su primera exigencia de disculpas al pueblo de México por haber apoyado las reformas estructurales y porque se calló ante la corrupción. “Está mejor El Financiero, comentó el tabasqueño.

Entonces la corresponsal del Financial Times en México, Jude Webber, comentó que no le sorprendía la reacción del presidente “porque no es la primera vez que ataca a un medio que no le gusta”. Y añadió: “Ya sabemos que él critica a la prensa y que no le gusta si no estamos alineados detrás de su visión”.

Incluso en julio de 2019 Webber intervino en una conferencia de prensa presidencial, en donde preguntó a López Obrador sobre la migración. Se presentó de la siguiente forma: “Jude Webber, de Financial Times, un diario que sé que usted presta mucha atención”. Y le pidió una entrevista-

Entonces el tabasqueño no respondió suficientemente sobre los migrantes pero acusó al Financial Times de falta de autocrítica por el neoliberalismo y de “propaganda” de las reformas estructurales. No contestó a la petición de entrevista.

“De todas maneras, nuestro respeto”, le dijo a Webber.

Uno de los editoriales más fuertes del Financial Times contra López Obrador ocurrió en mayo de 2019, cuando denunció que en su “búsqueda redentora” para desterrar la corrupción ponía en riesgo la economía mexicana debido a sus poco calificados colaboradores. También señaló las consultas populares y los ataques contra la prensa y la sociedad civil.

Así ha sido la relación de López Obrador con el Financial Times, al que ha hecho muchas y graves acusaciones, pero del que ahora está feli porque alimenta su megalomanía.

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