El presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que uno de sus programas sociales insignia, el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) no funcionó como lo había pensado, que fue un “tropiezo administrativo”, y que desde el principio tenía en mente el IMSS-Bienestar, aunque no explicó por qué no lo implementó desde entonces. Su modelo ideal es el del IMSS-Coplamar, del gobierno priista de José López Portillo.
En su conferencia de prensa de este miércoles el mandatario fue cuestionado acerca del funcionamiento de la administración pública durante su sexenio, de cuál fue el diseño que implementó para el “elefante que había que ponerle patines, que había que moverlo”.
Cuestionado sobre el diseño, el tabasqueño se refirió a lo que denominó “estrategia”, que tuvo “lineamientos básicos”, que fueron resumidos en su vieja cantinela: “Desde luego lo primero es no permitir la corrupción, no permitir el lujo en el gobierno”. Como si la materia se tratara simplemente de eso, el macuspano, cuyo currículum oficial reza que es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública, dijo que “esa fue la clave. Eso fue lo que nos permitió liberar fondos para el desarrollo. Esa es la fórmula”.
López Obrador también fue preguntado por el caso específico del Insabi, que el periodista dijo que había resultado “gris”, y que el actual gobierno implementó en lugar del Seguro Popular y que después, a su vez, debió ser sustituido por el IMSS-Bienestar, cuya eficacia aún está en veremos.
Aquí ya el presidente aceptó una falla al decirle al periodista “tienes toda la razón”, a lo que agregó que “ahí no funcionó lo que teníamos pensado”, en referencia clara al Insabi.
López Obrador intentó explicar su inicial proyecto de salud con un auténtico galimatías: “A ver, vamos a aplicar esto. Hubo muchas resistencias y entonces cometimos… No cometimos, decidimos crear el Insabi buscando así resolver. Pero los de Insabi, y además las inercias, llevaban a que al final lo hiciéramos lo mismo: entregarles los fondos a los estados”.
Sin embargo, dijo que con el Insabi su gobierno logró “que se pudieran comprar los medicamentos en el extranjero, porque como tenían el negocio de la venta de los medicamentos unos cuantos, un negocio jugosísimo, tenían tanto poder que no se podían comprar medicamentos en el extranjero, la ley no lo permitía; tuvimos que cambiar la ley para poder comprar los medicamentos en cualquier parte del mundo”.
Pero apenas se refirió a uno de los aspectos más escandalosos de su gobierno: el desabasto de medicamentos, que él mismo ha reconocido, y del que se victimizó (su especialidad) al decir que “nos acusaban de no darle las medicinas de cáncer a los niños”, como si no hubiera sido responsabilidad gubernamental.
Lo más extraño es que el macuspano, quien ha prometido en numerosas ocasiones un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, haya echado a andar el Insabi cuando en mente tenía otro proyecto: “Desde el principio, ¿eh?, teníamos pensado lo del IMSS-Bienestar porque yo traía la experiencia”. Y relató su experiencia (la que no quiere en el Poder Judicial) con el IMSS-Coplamar en la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado, con el PRI en el poder, a varios de cuyos políticos alabó: José López Portillo, Leandro Rovirosa Wade y Arsenio Farell Cubillas (cuya memoria no debe ser muy grata para la izquierda de aquellas épocas, aunque para López Obrador sí).
Añadió que esa política del priismo de los años 70 “es el modelo. Esto es lo que vamos a llevar a cabo en todo el país: vamos a federalizar de nuevo para que no sólo la federación les entregue el dinero a los estados, esto que andamos viendo todavía, porque el llamado Seguro Popular no era ni seguro ni era popular: era entregar el dinero a los estados”.
Sin embargo, el presidente no explicó la razón por la cual, si “desde el principio” ya tenía pensado el proyecto del IMSS-Bienestar, inspirado en su propia experiencia en un gobierno priista, no lo aplicó desde el principio y tuvieron que perderse más de dos años con el Insabi.
Finalmente, dijo que con el Insabi “tuvimos un tropiezo administrativo”, pero que “se corrigió y ahí vamos hacia adelante”. Y este miércoles ya no hizo ni la más vaga referencia al sistema de salud de Dinamarca.
En abril de 2019 López Obrador presentó de la siguiente forma el Insabi: “Vamos por eso a reestructurar todo el sistema de salud; vamos a crear un Instituto Nacional de Salud para el Bienestar que se va a ocupar de la atención de quienes no tienen posibilidades de contar con un seguro, de la población no asegurada. Es de los cambios que vamos a llevar a cabo”.
Lo que ha sido real, mientras López Obrador prometía el sistema de salud de Dinamarca, eliminaba el Seguro Popular, implementaba el Insabi y luego a este lo sustituía por el IMSS-Bienestar: entre 2018 y 2022, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, la cifra de la población sin servicios de salud pasó de 20.1 millones de personas a 50.4 millones, un incremento de mucho más del doble.
Un “tropiezo” administrativo”, dice el tabasqueño en el marco de su “humanismo mexicano”.