No se puede justificar la represión de un pueblo que sale a la calle a pedir libertad, comida, medicamentos, con el argumento de que son “gusanos” —así los calificó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel— que le hacen el juego al “imperialismo yanqui”.
Los que salieron a protestar son seres humanos que reclaman medicamentos, que padecen hambre, carencias y no conocen la libertad.
Suena hasta ofensivo pedir, como lo hizo AMLO, que se declare “patrimonio de la humanidad” a una isla que vive en un estado policiaco hace más de seis décadas.
El Presidente justificó su solicitud con el siguiente argumento: “Por su lucha en defensa de la soberanía de su país, esa isla debe ser considerada como la nueva Numancia por su ejemplo de resistencia, y pienso que por esa misma razón debiera ser declarada patrimonio de la humanidad”.
Al elogiar la “defensa de la soberanía”, AMLO no se refería, obviamente, a los cubanos que desafiaron la dictadura y tomaron las calles en distintas poblaciones de Cuba al grito de “¡libertad, libertad!”.
Un país con un gobierno que encarcela opositores, suprime la libertad de expresión (¿no quedamos en que “prohibido prohibir”?) y castiga la rebeldía no puede ser “patrimonio de la humanidad”.
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Es muy difícil que un hombre encerrado en su mundo —sólo ha viajado una vez a Estados Unidos en los tres años que lleva en Palacio Nacional— entienda el origen de las protestas en Cuba. No todo es producto del injustificable embargo. Algo tiene que ver el fracaso de la Revolución.
Mucho le ayudaría leer la carta que escribió el cantautor Pablo Milanés, otrora apoyador del régimen de Fidel, sobre lo que hoy ocurre en su país. Cito, textual, al integrante de la nueva trova cubana:
“Es irresponsable y absurdo culpar y reprimir a un pueblo que se ha sacrificado y lo ha dado todo durante décadas para sostener un régimen que, al final, lo que hace es encarcelarlo. Desde hace mucho tiempo he venido expresando las injusticias y errores en la política y gobierno de mi país.
“En el año 1992 tuve la convicción de que definitivamente el sistema cubano había fracasado y lo denuncié. Ahora reitero mis pronunciamientos y confío en el pueblo cubano para buscar el mejor sistema posible de convivencia y prosperidad, con libertades plenas, sin represión y sin hambre”.
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La 4T no ha barrido la corrupción de arriba para abajo ni de abajo para arriba. Es lo que se desprende del discurso, ayer en Veracruz, del titular de Marina, Rafael Ojeda Durán. ¿Qué sabrá?
“México carece de servidores públicos honestos, por eso tenemos este problema de una alta corrupción”, dijo el almirante.
Triste realidad para un régimen que entre sus ejes está la erradicación de la corrupción.
De transparencia ni hablamos. Opacidad absoluta. Una investigación de Mexicanos contra la Corrupción arroja los siguientes datos:
-En el primer semestre de 2021, el 80.6% del total de contratos del gobierno se realizaron por adjudicación directa.
-En un día promedio de 2021, el gobierno entrega 45 contratos por licitación pública y 308 por adjudicación directa.
-91.5% de los contratos relacionados con medicamentos y productos farmacéuticos han sido entregados por adjudicación directa en 2021. Entre los contratos relacionados con la covid-19 en 2020 y 2021, el 96% se realizó por adjudicación directa.
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De última hora se canceló la reunión de la Primera Comisión de la Permanente. En la agenda figuraba la separación del dictamen sobre los desafueros pendientes.
El del pederasta exmorenista, Saúl Huerta; el diputado del PT Mauricio Toledo, por enriquecimiento ilícito, y el del fiscal de Morelos, Uriel Carmona.
Pero sus angelitos de la guarda en Morena y el PT los volvieron a salvar de perder la inmunidad. El tema va a la sesión de la Permanente sin separar los casos. Eso complica el desafuero.
El fiscal tiene un amparo. Los del partido oficial alegan que a Carmona no se le puede desaforar. No se atreven a admitir que detrás de todo el embrollo está la protección de Toledo.
“Todo está hecho para que el desafuero no pase…”, nos dijo una fuente de la mesa directiva de la Comisión Permanente.
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La covid le cobró al diputado del PT Gerardo Fernández Noroña su temeridad de no usar cubrebocas ni respetar la sana distancia. Ayer dio positivo.
El contagio trajo aparejado el rescate de declaraciones de Fernández Noroña, donde francamente promueve el mal ejemplo. Va la muestra:
“A mí todos los días me regalan su pinche gelsito. No lo quiero, no lo necesito. No me va a dar esa chingadera, no me va a matar. Y si me muero, pues ya estaba, así va a ser”.
A Gerardo le deseamos una pronta recuperación.
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