En su próxima visita a Donald Trump el 8 de julio, no está claro qué conseguirá el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de esa extraña reunión, más que algunos kilómetros para su récord de viajero frecuente, mientras que los demócratas están consternados por su sumisión, afirmó el semanario británico The Economist.
En un texto dedicado al que será el primer viaje internacional de López Obrador, el semanario expresa que se tratará de una extraña reunión en la que se verá cara a cara con el presidente de Estados Unidos (“almas gemelas” llega a llamarlos), quien desde 2015, desde su campaña al interior del Partido Republicano y después en la contienda, ha mantenido una posición de acoso contra México. Se trata de celebrar la entrada en vigor del tratado de comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, un acuerdo del tipo del que antes no le gustaba a Donald Trump. Sin embargo, no queda claro que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, vaya a participar en el encuentro.
Se señala que para México es mejor tener el tratado que no tener un acuerdo, pero que nos es probable que “haga reflotar una economía que se hunde”.
El texto pone énfasis en temas bilaterales que son muy importantes, como el comercio, migración y la delincuencia. Sin embargo, tampoco parece claro que el presidente mexicano pueda ganar algo, “excepto millas de viajero frecuente”, ya que López Obrador se trasladará en vuelo comercial y tendrá que cambiar de avión en su camino hacia Washington.
Una coincidencia que señala el texto es que ambos mandatarios han sido renuentes a promover el distanciamiento social para enfrentar la Covid-19, por lo que ambos países tienen un gran número de contagiados.
Una de las principales anotaciones de The Economist es que Trump ha logrado más que el líder mexicano en la relación entre ambos. Por ello el encuentro le dará la oportunidad de hacer alarde de lo que ha obtenido de López Obrador, como que la Guardia Nacional mexicana impida el paso de migrantes que quieren llegar a territorio norteamericano, además de la política de que los solicitantes de asilo se mantengan en México.
Sobre el contexto electoral en que se da la visita, The Economist destaca que los demócratas están consternados por lo que consideran sumisión del presidente de México ante Trump, y recordó que cuando Biden visitó México como vicepresidente en 2012, se vio con los tres candidatos presidenciales, uno de los cuales era López Obrador, quien ya anunció que no hará lo propio.
Asimismo, The Economist dice que miembros del equipo del candidato demócrata creen que López Obrador está ayudando a la reelección de Trump, pero que “si Biden gana, el presidente mexicano tendrá que hacer algunas ‘reparaciones’”.