viernes 22 noviembre 2024

Recomendamos: Brindis por la pequeña burguesía, por Luis Miguel Aguilar

por etcétera

Hace 45 años José María Pérez Gay tradujo y prologó para el suplemento La Cultura en México de la revista Siempre! un artículo del intelectual alemán de izquierda Hans Magnus Enzensberger: “El inevitable ascenso de la pequeña burguesía”. Su director Carlos Monsiváis puso en portada: “Enzensberger / Pérez Gay: Brindis por la pequeña burguesía”. En “El secreto encanto de la pequeña burguesía” escribió Pérez Gay: “No tengo a mano los medios de comprobarlo, pero sospecho que nuestra vilipendiada clase media necesita sinceros homenajes”.

El esquema marxista “nos había confinado a la isla de los resentidos. Pero, ahora resulta, Manís, que según este alemán [Enzensberger] en los setenta [1976] (los clasemedieros) no salimos sobrando, ni somos un ‘granero de fascistas’ de uno y otro signo, mal que les pese a nuestros sociólogos oficiales”.

Enzensberger dice “a quién debemos ‘pequeño burgués’” como algo despectivo: hacia 1830 un pequeño burgués de nombre Ludwig Börne incluyó “pequeño burgués” en el vocabulario político de los alemanes. Enzensberger enumera algunas de las cosas debidas a la clase media: de la vanguardia artística al estudio del urbanismo, del movimiento estudiantil a la crítica ecológica, del deporte como panacea de la competencia a la liberación sexual; de la cibernética al Movimiento de Liberación Femenina. Sobre el modo en que han tratado de acabar con ella: “Ni la creciente concentración de capital ni la inflación secular; ni el progreso técnico y científico, ni las guerras y las crisis han logrado liquidar su molesta existencia”.

Y de modo decisivo: “La influencia política de la pequeña burguesía puede definirse también por su constante negación; algo así como un veto permanente al poder. Sólo así me explico su proclividad hacia los aspectos formales de la política: el cariño por los procedimientos, la ternura por los decretos, las reglas y los procedimientos legales”. Brindemos pues, y de nuevo, por la pequeña burguesía. Nuestra vilipendiada clase media.

Ver más en Milenio

Autor

También te puede interesar