Actualmente los festivales musicales como Calpulli están tomando una gran relevancia en la escena musical, tanto mainstream como independiente. Debido a sitios web como YouTube y a la habilidad de los artistas de autopublicar su música en diversas plataformas, los festivales se han vuelto el escaparate perfecto para reunir a una multitud de jóvenes: fans de lo indie y de lo consagrado. Los festivales logran congregar y segmentar a fandoms de todo tipo, que al final se interceptan en los shows de los headliners, los artistas que no salen hasta caída la noche para cerrar el festival, impidiendo así que la gente se marche.
Desde el continuo y creciente éxito del festival Corona Capital, han comenzado a surgir otros, con propuestas innovadoras, que plantean line ups con músicos que ofrecen otro tipo de géneros y que provienen más de Latinoamérica, menos anglosajones, como es el caso de Calpulli, que logró reunir lo tropical, el reggeaton y el electro-pop sintético en Avándaro, Estado de México, dando prioridad a los músicos hispanos del sur de nuestro continente. También está el caso del Bahidorá, un festival musical que se realiza a la orilla de un río, en uno de los balnearios más famosos del centro de México: Las Estacadas, que además de ofrecer música, su concepto engloba arte y sustentabilidad.
Ceremonia es otro de los festivales que, como Calpulli, han abierto espacios a diferentes propuestas musicales que hasta el momento tenían poca presencia en este tipo de espectáculos colectivos. La música experimental ha logrado exponerse en cada una de sus ediciones.
Finalmente tenemos el festival Electric Daisy Carnival (EDC), que en su repertorio ofrece música electrónica, con el que logra abarcar a las principales vertientes de esta categoría. Tal como el evento Vaivén, que se realiza en el Estado de Morelos. Los asistentes pueden caminar de un escenario a otro, escuchando tanto a artistas emergentes como a los de talla internacional, como es el caso de Deadmau5 o Empire Of The Sun.