La Cartilla Moral será repartida entre docentes en activo, estudiantes normalistas y de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), a fin de que sirva como material didáctico de apoyo en la formación educativa.
De esta manera, se extiende la difusión de este documento que ya es distribuido entre los beneficiarios del Programa para el Bienestar de los Adultos Mayores y más recientemente a través de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice). La meta, por el momento, es alcanzar los 10 millones de ejemplares.
Consultado al respecto por el periódico El Universal, el portavoz presidencial Jesús Ramírez Cuevas, insistió en que la Cartilla Moral es básicamente un texto cívico y no de contenido religioso, por lo tanto no vulnera la laicidad del Estado mexicano. La idea, dijo, es aportar reflexiones que ayuden a formar mejores personas.
“Que no predomine ningún tipo de pensamiento por encima de otro y que ninguna religión defina lo que es ética pública. Es una reflexión sobre la ética, los valores, las prácticas que nos pueden hacer una sociedad mejor; no tiene nada que ver con la religión, aunque hay temas éticos y filosóficos que tocan las religiones”, manifestó el funcionario.
Apenas este jueves, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alfonso Miranda, aseguró que la Iglesia Católica no se sumará al reparto de la Cartilla Moral del presidente Andrés Manuel López Obrador debido a que ellos están enfocados en cumplir “la voluntad de Dios”.
arg