Pese a que en el propio informe oficial se muestran evidencias de la participación del Ejército en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el presidente Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas excluyen de responsabilidad y hasta defienden a Salvador Cienfuegos, titular de Sedena cuando ocurrió el crimen y quien negó participación militar en los hechos.
La historia de la negación de la participación del Ejército en la desaparición de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa fue casi desde el principio. En su célebre conferencia de prensa del 7 de noviembre de 2014, Jesús Murillo Karam, entonces titular de la Procuraduría General de la República, comentó sobre el asunto: “El Ejército, como todos los ejércitos del mundo, se mueve sólo con órdenes (y qué bueno). Nada más quiero hacerle una pregunta: ¿qué hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese momento, a quién hubiera apoyado? Obviamente, a la autoridad constituida. Hubiera sido un problema mucho mayor; qué bueno que no salió”.
En febrero de 2015, como respuesta a cuestionamientos de diputados federales, el entonces presidente, Enrique Peña Nieto, deslindó al Ejército de la desaparición de los normalistas. Por escrito respondió a los legisladores: “La 27/a. Zona Militar no tiene responsabilidad en el municipio de Iguala, siendo la 35/a. Zona Militar quien tiene a cargo esa área, dentro de las funciones de coordinación del operativo en general. En la Operación Conjunta ‘Guerrero Seguro’, la coordinación de acciones recae de manera colegiada en el pleno del Grupo de Coordinación ‘Guerrero’”.
Sobre la actuación del Ejército aquella noche, afirmó que cada dependencia actuó de acuerdo con su respectivo ámbito de competencia, “siendo la del personal militar en coadyuvancia de las autoridades civiles que tienen a su cargo esta función, ponderando la actuación conjunta de las fuerzas en todas las operaciones que se efectúen”.
Peña Nieto comentó que, como resultado de las primeras investigaciones, se había concluido que lo ocurrido “es un caso de desaparición forzada” ya que “se advertía la probable participación de elementos de seguridad pública municipal durante la detención de los normalistas”.
El entonces presidente incluso citó una tesis jurisprudencial de 2000 de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que establece que las fuerzas armadas “si bien pueden participar en acciones civiles en favor de la seguridad pública, en situaciones en que no se requiera suspender las garantías, ello debe obedecer a la solicitud expresa de las autoridades civiles a las que deberán estar sujetos, con estricto acatamiento a la Constitución y a las leyes”.
En octubre de 2015, en una entrevista para Televisa, el entonces secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, se refirió a la actuación del Ejército la noche del 26 de septiembre de 2014: “Ese día, en el 27 Batallón no había gente. Estábamos hablando de las ocho, ocho y media hasta la una, dos de la mañana. Nuestra gente también tiene familia, también sale a estar con sus familias, los que no están de servicio. Entonces teníamos un porcentaje mínimo de gente disponible para salir a ver a sus familias”.
Añadió que aquel día había una fuerza de reacción, pero que desde la mañana estaba atendiendo el accidente de una pipa que transportaba nitrato de amonio y que se volcó en la carretera federal que va de Iguala a Puente de Ixtla. De esa encomienda los militares volvieron a las 10:30 de la noche, “cuando ya había pasado mucho de lo que ahí se dice”. Pero sólo hasta entonces salieron a ver el problema, refirió.
También dijo que la Sedena tenía registradas cien acciones parecidas de los normalistas, y que en ninguna intervino el Ejército.
Dijo que los militares no participaron en los hechos de la desaparición de los estudiantes porque “primero, no teníamos gente; segundo, no teníamos por qué haber intervenido”.
Acerca de si los militares hubieran salido a atender el conflicto, Cienfuegos preguntó al reportero: “¿A quién apoyaría usted: a la policía que estaba tratando de controlar a jóvenes que estaban robando autobuses, o a los estudiantes que estaban violentando las cosas? ¿A quién se debería de apoyar?”. Y agregó que nunca hubo solicitud de la autoridad civil para pedir la intervención del Ejército.
“No tuvimos nada que ver”, afirmó, categórico, Cienfuegos.
“Ingresar a las instalaciones militares, a ver: porque la Procuraduría General de la República hizo su investigación, y no encontró ningún indicio, mínimo, de nuestra participación en algo ilegal. Lo hizo la propia Comisión Nacional de Derechos Humanos, y tampoco encontró nada nada; acaba de dar su informe este grupo de expertos de la Comisión Interamericana, y también dicen que no hay ningún indicio de que el Ejército haya participado”, comentó Cienfuegos, quien añadió que el 27 de septiembre ingresaron en el cuartel del 27 Batallón el agente del Ministerio Público, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del estado y algunos padres de familia, “y se cercioraron de que no teníamos nada”.
Acerca del joven soldado infiltrado en la Normal de Ayotzinapa, Ciennfuegos comentó: “Efectivamente, el nombre de uno de estos jóvenes que lamentablemente son desaparecidos coincide con el nombre de un militar en activo, el cual tampoco lo hemos encontrado. Debo reconocer que estamos hablando prácticamente de la misma persona”.
Pero agregó que el militar acudiera a la escuela no era extraño: “Los comandantes de los distintos niveles tienen la autorización, por reglamento, de que aquellos jóvenes que quieran estudiar y no interfiera en su actividad de servicio, les autoricen. Y este muchacho le autorizaron a estudiar. Tenía dos o tres meses de haber ingresado a la Normal y quería estudiar para maestro”.
Continuó: “Hago la aclaración porque dicen que a lo mejor era alguien que estaba sirviendo de espía. En dos, tres meses que tenía allí, pues no podía haber servido de nada”.
También hizo referencia a un catedrático que dijo que los estudiantes habían sido quemados “en los hornos crematorios modernos del Ejército”, cuya existencia negó el general.
“Querer involucrar al Ejército en esto porque a alguien se le ocurrió creo que es algo muy grave”, afirmó.
En defensa de los militares
Cerca de siete años después, 18 de agosto de 2022, se dio a conocer el Informe de la Presidencia de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa (CoVAJ), presentado por Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, en conferencia de prensa.
Sobre el que militar que Cienfuegos dijo que fue a la Normal de Ayozinapa porque quería ser maestro, Encinas dijo que se trataba de Julio César López Patolzin, quien tenía la tarea de informar de lo que ocurría en esa escuela y de sus movilizaciones a la Secretaría de la Defensa Nacional. Además, acusó que, pese a que su último reporte fue a las 10 de la mañana del 26 de septiembre y de que desapareció junto con los otros estudiantes, sus mandos no iniciaron ninguna acción para garantizar su integridad, lo que hubiera permitido también la protección de los demás.
Posteriormente fue cuestionado sobre hasta dónde alcanzarían las responsabilidades por no haber sido activado el protocolo de búsqueda correspondiente, e incluso si llegarían hasta el general Cienfuegos, a lo que dijo que la Fiscalía está revisando la cadena de mando.
“En este caso, ya a estas alturas de la investigación que llevan, ¿ya hay una plena identificación de que hubo participación del Ejército en el caso, en la desaparición y demás?”, preguntó un reportero a Encinas, quien respondió con un lacónico “sí”. Pero fue muy reservado al referirse a los militares.
Un día después, concedió una entrevista a Carmen Aristegui, en la que dijo que no hay indicios de la participación directa del general Cienfuegos en la desaparición de los normalistas.
En esa conversación, Encinas dijo que no hay evidencias de que Enrique Peña Nieto y su secretario de Defensa hayan participado directamente en el acto criminal cometido, pero dejó abierta la posibilidad de que sí lo hayan hecho en la fabricación de la llamada “verdad histórica”.
Acerca del caso de Peña Nieto, Encinas dijo que “me preguntaron si había elementos acreditando una responsabilidad sobre su intervención. No los tenemos. No vamos a inventar ni información ni culpables”.
Cuestionado sobre el caso del general Cienfuegos, aseguró que tampoco hay elementos. Pero quedaba abierta la posibilidad de su participación en la elaboración de la “verdad histórica”.
Tras el nuevo informe sobre el caso, en su conferencia de prensa del 22 de agosto López Obrador prefirió descargar y disolver las responsabilidades del Ejército en “la actitud” de algunos de sus miembros.
Sobre las acusaciones que hizo Encinas, López Obrador dijo que “nada de que se actúa así para proteger el prestigio de las Fuerzas Armadas. No, el prestigio de las Fuerzas Armadas se obtiene actuando con rectitud, no ocultando las cosas. Además, las Fuerzas Armadas como institución son una cosa y la actitud de ciertos miembros de las Fuerzas Armadas son otra. No es lo mismo”.
“‘Es que se va a dañar, se va a manchar el Ejército o las Fuerzas Armadas’. No, sí se manchan si hay complicidad, si no se actúa con la verdad; si no, no tienen por qué mancharse: se castiga a los responsables y se limpia”, agregó en su conferencia de prensa.
Y también mencionó que contra el general Cienfuegos no hay orden de aprehensión. Al respecto se debe recordar que, tras la detención del exsecretario de la Defensa Nacional por las autoridades de Estados Unidos por cargos de vínculos con la delincuencia organizada en octubre de 2020, López Obrador abogó por su devolución a México para que aquí fuera investigado, lo que logró en noviembre. En enero de 2021 la FGR determinó no ejercer acción penal contra Cienfuegos.
Pero la defensa de Cienfuegos por parte de López Obrador es decidida: en el marco de su batalla por la militarización recordó el episodio mencionado antes: este lunes 26 de septiembre habló de su aprehensión por las autoridades norteamericanas y hasta identificó al general con “la defensa de México”.
“Lo mismo cuando la detención en Estados Unidos del general Cienfuegos. ¿Cómo sin avisarnos? Abajo las agencias… Mándanos o mándennos el expediente. ¿Y qué hay en el expediente? Basura, basura. ¿Y qué? ¿Era nada más defender a un mexicano, defender a un miembro del Ejército, defender a un general de división, defender al secretario de la Defensa? No, es la defensa de México, de nuestra soberanía. Entonces, sin permitir impunidad para nadie, pero no darle entrada a quienes quieren someternos. Esos tiempos ya pasaron”, declaró el presidente.
Defendió al cuerpo castrense: “‘Fue el Ejército’: sí, se está actuando, pero el Ejército es una institución. ¿Quiénes fueron los que participaron de manera directa, indirecta? ¿Quiénes deben ser castigados? Eso es lo que estamos haciendo. Pero no: ‘Ah, todo el Ejército’. ¿Qué quieren? ¿Que se debilite nuestro Ejército? ¿En beneficio de quién? ¿Qué quieren? ¿Un Ejército desprestigiado, para que entonces sí vengan las agencias del extranjero y sean ellas las que se hagan cargo hasta de la defensa interior o de la defensa nacional, como en otros países? No, no, no, tenemos que defender nuestras instituciones”.
El pasado sábado 24 de septiembre, la periodista Peniley Ramírez publicó en Reforma el artículo “Ayotzinapa el encubrimiento”, en el que refiere que obtuvo la versión del informe sin testar. Además de algunas descripciones, se anotó con claridad la participación de militares en la manipulación de los restos de los normalistas de Ayotzinapa para encubrir los hechos.
“A partir del 29 de septiembre, comenzó el encubrimiento. En los chats donde antes habían coordinado los asesinatos, criminales, funcionarios y militares hablaban de cómo desenterraban cuerpos para llevarlos al 27 Batallón de Infantería. Allí no entraría nadie. A mediados de noviembre, seguían desenterrando y moviendo cuerpos”, escribió Ramírez.
Continuó más adelante al señalar que “la CoVAJ cree que Ayotzinapa fue un crimen de Estado. No señala a los militares y funcionarios federales solo por haber sido omisos en proteger a los jóvenes, aunque los vigilaban desde que salieron de lo normal de Ayotzinapa. Pide que se investigue si participaron en el homicidio, el ocultamiento y el traslado posterior de sus restos al campo militar, días, semanas y meses después de los asesinatos”.
Tras lo publicado por Ramírez, Encinas pidió a la FGR una investigación para identificar y castigar al responsable de la “grave filtración”. Pero acusó, de manera no tan velada: “Condeno la lamentable filtración de la información entregada a la @FGRMexico por la Comisión de Ayotzinapa. Es absolutamente irresponsable y una falta de respeto a los padres y madres de los estudiantes desaparecidos”.
Y así van Cienfuegos y el Ejército ganando terreno de impunidad en el caso de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.