El presidente Andrés Manuel López Obrador debe tener más cuidado con la forma en la que habla, para que sus comentarios no se interpreten como un intento de coartar la libertad de expresión o acotar el espacio democrático, consideró la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para Derechos Humanos.
En declaraciones realizadas a Proceso por el vocero de dicha oficina, Rupert Colville, la ONU reprochó a López Obrador las variadas declaraciones hechas respecto a la labor de los medios, específicamente las más recientes, en el sentido de que hay medios que “no se portan bien” y que los “buenos periodistas” son aquellos que apoyan las transformaciones.
Un funcionario de alto nivel debe entender que sus mensajes tienen mayor impacto que los del común de las personas.
“Dada la importante función ejemplar y el acceso a los medios que tienen, sus mensajes tienen un alcance más amplio y un mayor impacto”.
Por ello, “los representantes gubernamentales de alto nivel deben ejercer el grado necesario de precaución al hacer declaraciones delicadas que podrían interpretarse como una reducción del espacio democrático y la libertad de expresión u opinión”.
No obstante, López Obrador insiste en externar pareceres que indican una posible toma de postura a favor de la censura de los medios críticos, siempre bajo la justificación de que ejerce su “derecho de réplica”, da su “punto de vista”. Y cuando la prensa exige respuestas sobre algún tema sobre el que él no desea hablar, se niega a hacerlo argumentando que es dueño de su silencio.
Son ya muchos los llamados y exhortos que desde diversas instancias nacionales y extranjeras se le hacen a López Obrador por sus comentarios despectivos a la prensa, por sus nulos resultados en garantizar la protección a periodistas y por sus ataques frontales a los organismos autónomos mexicanos.
Colville no fue la excepción: “el respeto por la libertad de expresión y una prensa libre e independiente son fundamentales en una sociedad democrática”.